¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por
Un poco de todo, mucho de nada. ¡Esta también soy yo! Todos los derechos reservados.
Comentarios
Ando de exámenes, pero vi esta imagen y se me ocurrió escribir lo que habéis leído.
¡Un abrazo!
Gracias por compartir ese don que tienes para escribir.
¡Besitos!
Digamos que, por las circunstancias, esta vez tu texto me ha llegado de pleno, más de lo que te podrías imaginar.
I miss U!
<3
¿Las palomitas son para antes o después?
¡Venga, que tengas suerte en los exámenes!. Un beso
Un abrazo (y nunca mejor dicho)
Saludos.
Directo, sincero, bonito y tierno.
No dejes de dar abrazos así :)
Yo, como siempre, te envío mi abrazo mimoso.
P.D.: ¡Ánimo con los exámenes! :)
Nem te servirei eu de consolo ou conselho)
Afinal nada de novo acontece neste mundo velho,
Eu continuo oculto, morando frente ao espelho.
o teu,porque tu és como eu...como eu...
Joel matos
Un beso.