Tras un sábado agotador en el Banco de Alimentos ha tenido lugar un domingo tranquilo en el que debería haber avanzado más en mis proyectos y, sin embargo, en el que mi mente ha estado divagando a ratos tratando de recordar más detalles del pasado que compartí con una persona que significó, y que siempre significará, muchísimo para mí.
Ella me enseñó que saber escuchar es un don, que respetar y comprender a quienes depositan su confianza mí, es respetar y comprenderse a una misma. Me enseñó que a veces suceden cosas inexplicables, que la vida hay que vivirla con los cinco sentidos o con los que tengamos y que jamás hay que rendirse, haciendo honor a su nombre, haciendo honor a la Esperanza.
Escribo ahora que pasan de las doce de la noche, porque no me gusta celebrar su partida. Para mí no fue una despedida fácil.
Mita, no quería que te fueras. Hubiera dado todas mis oraciones por retenerte conmigo, porque al menos tu último deseo se hubiese hecho realidad.
Escribo ahora que pasan de las doce de la noche, porque contigo los días y las noches eran más claras, porque te echo de menos, porque no olvido tu risa, tus manos barajando las cartas, tu cabello adornado con jazmín, tu caminar elegante pese a que todo te forzaba a lo contrario.
Gracias por todas las conversaciones, por escucharme siempre, por haber sido mi consejera de infancia, mi compañera de juegos, mi llamada de teléfono esperada.
Te escribo hoy, que pasan de las doce...
Comentarios
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Ella disfrutó contigo, tanto como tu de ella. Que no te quepa la menor duda. Ahora te acompaña en la distancia.
tienes una gran sensibilidad y es un don que consigas transmitirla a todos losque te leemos.
Un beso grande. TKM
Un beso.
Ebel.
Y también me ha enseñado la vida que aún existen personas que saben dar sentido a la ternura y a la sensibilidad. Como tú, por ejemplo.
Todo un lujo. Besos!!