Ir al contenido principal

Tu guitarra.

Silencio.
Ninguna nota, ningún sonido. Nada.
Sólo han pasado unos días, y añoro la melodía de tu guitarra, acompañada de tu voz, cantando cualquier canción.
Silencio.
Aún quedan semanas de ausencia. Y duele. Duelen mis manos al pasar los dedos por las cuerdas que hacías vibrar sentado junto a mí. Mis oídos, porque no se hacerla sonar como tú. Mi voz, mi boca, mis labios, porque no saben pronunciar más que tu nombre, esperando una respuesta que no sucede.
Silencio.
Él teléfono parece dormir desde que agosto te llevó de mi vera para que la arena y el mar disfrutaran de tu presencia.
Silencio...
Te echo de menos.


Los celos asaltaron mi alma, muy pacientes fueron. La arena y sus amigas, todas adormando tu mirada de niño inocente, ella recorriendo poro a poro tu piel. Y yo estoy aquí, lejos de tí, anhelando el momento de volver a tenerte entre mis brazos, a veces con el temor de no sentirte mío cuando tu regreso suceda. Lo siento, pero no puedo remediarlo:
TE ECHO DE MENOS.

No dudes, no te dejaré marchar de mi lado ni una sola vez más. ¿Egoísmo? Un poco. Aunque la unica verdad es que... Te necesito.

Comentarios

María (LadyLuna) ha dicho que…
¡Buenas!
Siento no haber actualizado antes; estuve de vacaciones. Una semanita completita, en Salamanca, Orense, Santiago de Compostela, La Coruña, Lugo y Ávila. Acabo de llegar.
Iré escribiendo según vea. No estoy muy inspirada ultimamente, mi estado de ánimo no está muy alto, y ademas he regresado a casa con dolores de cabeza y diarrea. Qué buena bienvenida. Aunque el viaje estuvo bastante bien^^
Bueno, nada mas que comentar;) ¡¡Gracias por pasaros por mi blog y leer!!
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo ha dicho que…
hola wapa q bien tienes todo esto ma encantao como te va el veranito yo dntro de poco estare en madrid currrando pa el carnet de conduci ayss weno maria aver q se le va a hacer tengo unas ganas de verte xD weno un beso pa no liarme e puesto esto en anonimo pero amos q saves quiens soy si te digo q soy tu diario en blanco verdad xD un beso wapisima
Anónimo ha dicho que…
Mi vida,no se que decir.Me parece impresionante la manera en la que describes tus sentimientos,el como te sientes,lo que me echas de menos...y lo mucho que me quieres.Gracias por ser como eres,por ser mi estrellita,por ser esa chispa por la que merece la pena vivir.GRACIAS.Y descuida,cuando vuelva te aseguro que no te voy a dejar escapar,y que sepas que en ese momento sere mas tuyo que nunca. ¡¡¡¡¡¡¡TE AMO ESTRELLITA!!!!!!!
Anónimo ha dicho que…
MoOnY
Ola vida!!!!! me alegro de que estes de vuelta y de q yo tambien voelviese asi no tienes q preocuparte más del petardillo de tu novio ((rafa sabes q te quiero mucho y es coñita petardo!!)) q para eso estoy yo para alegrarte dia y noche q esty aprendiendo a tocar la guitarra xD ale un besote

Por cierto un texto muuuu bonito xD
Anónimo ha dicho que…
heyy no estoy seguro, pero creo que tu tambien tienes un microrelato en centropoetico ¿verdad?...me gusto mucho...yo soy Sebastian Caris tambien tengo un microrelato, soy de Chile cerca de las tierras de Neruda...escribes muy bien...saludos....

sebagalacticomadrid_710@yahoo.com.ar
Anónimo ha dicho que…
Aprendi mucho

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,