Besets y yo David y yo recién habíamos regresado a nuestro país, con perspectiva de quedarnos más tiempo en él. Yo echaba de menos tener una mascota, un compañero peludo en casa que necesitara un hogar y se sintiera cómodo en el nuestro. Convencí a mi pareja de ello y juntos exploramos qué animal era el que mejor se ajustaba a nuestro estilo de vida, y pensamos que un gato sería buena idea. Intentamos primero adoptar a un gato de la protectora de uno de mis mejores amigos, pero quien lo lleva se mostró muy desorganizado y sobrepasado de tareas y, aunque decía "luego lo miro", pasaban los días y semana incluso sin noticias. Vimos entonces una protectora más cercana y contactamos, al día siguiente ya nos presentó a dos gatos que pensaba que se ajustaban a nosotros. Una gatita pequeña, activa y juguetona, y un gato de alrededor de un año que estaba paralizado del miedo, sentado, con la mirada ausente, llamado Tristón. Decidimos adoptar a este segundo gato, pues también nos dij...
Un poco de todo, mucho de nada. ¡Esta también soy yo! Todos los derechos reservados.