Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre 6, 2012

A mi abuelo Eduardo

       No recuerdo con exactitud el tiempo que hace desde que escribí mi última carta personal. Con esta, la fecha se actualiza. Apenas una fotografía es la que recoge del primer año de mi vida los recuerdos que viví contigo. Tan pequeña era, que es más lo que imagino de ti, que aquello que llegué a conocer. Te pienso y en tus ojos leo que me quieres; no tienes ni idea de cómo voy a ser de mayor, de mis gustos y aficiones, mis berrinches y manías... pero eso no es importante, al menos para ti. Sonríes mucho, especialmente porque sabes que me gusta imitarte, y porque a ti te gusta que lo haga. Me siento pequeña en tus brazos, cálida y protegida. Tu ropa huele a tabaco y tus manos, las de un trabajador que ha luchado toda su vida, se hacen suaves cuando tocan mi cara. Son muchas las veces que en casa de la abuela me he parado a mirarte en la fotografía que preside el salón o su habitación. A veces te oigo hablar, firme en tus ideas, sustentadas en la argumentación de tu