Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio 3, 2010

Para siempre

Al día siguiente te ibas de mi lado. Dos meses, nos habíamos dicho, sólo son unas semanas y volveremos a vernos. Sin embargo, ya te echaba de menos. Sabía que me faltarían tus buenos días, los besos antes y después de hacer cualquier cosa, tus desayunos extraños pero bellos en ti, tus brazos y abrazos, tu respiración, tu voz, tus caricias, tus buenas noches... Y no quería. No pude evitarlo. Las lágrimas desnudaron mi fragilidad ante tus ojos que, sencillos, imitaron a los míos. No sé cuánto tiempo pasamos abrazados tomando con lentitud las granizadas de limón demasiado ácidas y caras que habíamos comprado. Tus manos tendrían mi sabor salado y mis dedos, el tuyo. Jamás me he sentido tan unida a una persona ajena a mi familia, tan querida por alguien que no lleve mi misma sangre. Mi mejor amigo antes que todo y, ahora, mi más sincero amor. Aquello era real, verdadero, nuestro. La felicidad que sentía en tu regazo era plena, llena, de ensueño, como cada momento que compartí contigo. Termi