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Mostrando entradas de enero 9, 2020

Desde la estantería

Desde aquella estantería, había sido espectador de infinidad de historias; sin embargo, jamás las había vivido. Era como estar en el margen de un cuaderno escrito, o tras la barrera en una maratón. A veces, soñaba con ser uno de esos libros mecanografiados que descansaban cerca de mí. Estaban creados con tanto mimo y conocían tantas manos amigas... Pero no: solo era una vulgar escultura de mármol, fría, intocable y sin interés. O eso pensaba yo. Una noche, imprevisible, un par de muchachas entraron en aquella sala y, caminando hacia mí, una dijo a la otra: "¡Aquí está! Después de tanto tiempo". Me querían a mí. Por primera vez, unas manos no buscaban un libro apasionante, sino una escultura de mármol. Más tarde, descubrí que me había esculpido la abuela de una de las ladronas y que, por motivos que no entendí, cedió la autoría a un caballero del oficio. Cuando aquellos dedos temblorosos me tomaron, una voz emocionada confesó que, como no sabía escribir, hacerme f