Me había propuesto escribir cada día, durante una semana, un objeto inventado. He estado algunos días malita y he tenido que hacer una pausa, pero hoy retomo la tarea. Y lo hago acordándome de quienes no tienen ni agua potable cerca. Aún me cuesta concebir que viva en el mismo planeta que personas que han de recorrer kilómetros para poder beber agua. Y, sin embargo, ocurre. Yo solo tengo que levantarme y abrir el grifo. Dispongo incluso de agua caliente sin apenas dar dos pasos. El vaso infinito es un vaso de cualquier tamaño y material al que le colocas una gota de cualquier líquido y hace que sea infinita la reproducción de ese líquido. Entonces, si tiene agua limpia y potable, siempre tendrá agua limpia y potable disponible.
Un poco de todo, mucho de nada. ¡Esta también soy yo! Todos los derechos reservados.