Ir al contenido principal

Cambiar

Nuria era una niña de unos cinco años, morena y muy linda. Solía llevar un lacito en el pelo y un vestido, o bien un gorro a juego con su ropa. A todos lados iba acompañada de Kuko, un conejito blanco de peluche al que dedicaba su tiempo, amor y confianza.

Sus padres, siempre ocupados, se veían obligados a dejarla en la guardería (más tarde preescolar o infantil) para luego, en casa, estar bajo el cuidado de algún joven dispuesto a hacerse cargo de ella si la madre no llegaba a tiempo.

Así, poco a poco, Nuria fue centrando su amistad en aquella criatura peluda sin vida.

Una tarde, cuando caminaba de regreso a casa, un grupo de niños cuyas edades se hallaban comprendidas entre 7 y 8 años le arrebató de sus manos el conejito.

- ¡Devuélvemelo!
- Si tanto lo quieres... Cógelo.

Los críos se pasaban entre ellos el peluche, a una altura suficientemente elevada para que Nuria no pudiera alcanzarla y rompiera a llorar de rabia e impotencia. Entonces apareció otro niño, parecía tener unos 6 años, que, decidido, salió en defensa de la pequeña.

- Suéltalo, Pedro.
- ¿Por qué? ¿Vas a pegarme?
- Sé dónde vives, se lo voy a decir a tu madre.
- Oh, qué miedo. Pero vale, lo "soltaré".

Pedro lanzó a Kuko ladera abajo, donde las malas hierbas cubrían todo aquello que osara adentrarse en ellas, ocultándolo a conciencia. Luego, huyó con su pandilla. Nuria gritó desconsolada. Cuando su madre la encontró, se la llevó casi a rastras del lugar dejando atrás al chico que había intervenido y amenazado a Pedro. Antes de cruzar la esquina, la chica volvió la vista atrás y comprobó que se dirigía a la zona donde Kuko había sido arrojado. Cuando llegó a casa todavía estaba llorando. "Es sólo un peluche, duérmete ya" le había dicho su padre, pero ellos no podían imaginar cuánto había perdido con él, el vacío tan intenso que golpeaba su corazón y le dolía por dentro, Kuko era su único y mejor amigo en el mundo.

Al día siguiente Nuria repetía el mismo recorrido de la tarde anterior cuando se detuvo al ver de frente al chico desconocido que había frenado la pelea consiguiendo que perdiera lo más valioso que tenía. Ella le dio la espalda y se sentó en la acera con la mirada perdida en la hierba. Él se acercó y la imitó, quedando a su vera.

- Le quieres mucho, se nota, siempre vas con él - comentó, refiriéndose a Kuko, el joven.-Me llamo Javi. Creo que tú eres Nuria ¿no?
-Mi amigo no está. Ayer se lo llevaron. Nadie ocupará su lugar.
- Se puede tener más de un amigo.
- No. Él no está. Tú le dijiste que lo tirara.
- Eso no es verdad.
- ¡Sí que lo es!

Antes de que la primera lágrima brotara de sus ojos oscuros, Javi le tendió un Kuko sucio y arañado. Nuria lo cogió y abrazó con la alegría de quien recupera la vida. Se levantó y acusó al chico de haberla engañado.

- Te lo llevaste, me lo quitaste, por eso lo tenías ¿no? ¡Eres malo!

Aquella noche la pequeña pensó en lo ocurrido mientras acariciaba una de las orejitas del conejo. Pedro lo había tirado después de que Javi interviniera, pero aún recordaba la mirada seria de éste último cuando marchó ladera abajo en busca de su mejor amigo hasta encontrarlo y devolvérselo, ¿por qué?

Al amanecer dejó a Kuko en casa, en la cama. Era la primera vez. Y cuando iba de regreso a casa como de costumbre volvió a ver al chico del día anterior. Se acercó a él, quien extrañado preguntó:

- ¿Y tu amigo?
- Se llama Javi y está delante de mi.

Él sonrió, ella le imitó y cogidos de la mano se fueron a jugar.

Y es que no se necesitan excusas para hacer algo bueno, como denunciar una injusticia o luchar por su antónimo, aprender a querer y a confiar. Muchas veces lo olvidamos y perdemos el tiempo buscando un por qué inexistente.

Para cambiar el mundo hemos de empezar por nosotros mismos, aprender a querer, perdonar y enseñarlo allá a donde vayamos, predicándolo siempre con el ejemplo.

¿Empezamos con una sonrisa?

Comentarios

María (LadyLuna) ha dicho que…
¡Holaaa!

Casi cuatro semanas desaparecida... ¡lo siento! Estuve muy malita durante una semana entera sin levantarme de la cama y ahora tengo que `ponerme al día en la facultad, pero bueno, el blog seguirá como siempre o eso intentaré, cada dos semanas actualizaré =)

Este escrito va dedicado a todo aquel que lo quiera hacer suyo, aunque no es gran cosa, y bueno, especialmente a Juan Pan y a Xavixeis, por haber sido su cumple hace ya un tiempo y no haberles hecho nada, y al último también por acordarse de mi en mi ausencia, ¡todo un detalle!

¡Espero que vosotros estéis bien!

¡Un besito para todos! ¡Y para ti un abracito mimosito!^^
Mistery Damned Devil ha dicho que…
Se escribe cuando tienes el alma en sintonía, me alegro volver a leerte.

A ver si nos volvemos a ver
Xevi CG ha dicho que…
¡Bonito e interesante como siempre!

Es totalmente cierto, si queremos un mundo con más humanidad, con más amor, comprensión y tolerancia hemos de empezar por nosotros mismos y, como bien dices, hay que predicar con el ejemplo. Es fácil decirlo pero no tan fácil hacerlo, habrá que seguir intentándolo. ;)

Por cierto, muchísimas gracias por dedicármelo, junto con Juan Pan y todos los que siguen el blog. Pero que sepas que no debes agradecerme nada, es muy fácil cogerte cariño y por lo tanto, también es fácil hecharte de menos cuando no estás.

¡Besitos y otro abrazo mimosito para ti!^^
Xanti ha dicho que…
Hola. Me alegro que ya estes mejor y me hayas vuelto a aparecer por estos lares.
Te leería pero he calibrado la alongitud del texto y....tengo un examen de ética aristotélica y ya sabes como nos llevamos el capullo de Aristóteles y yo.

Pero bueno...ya que estamos yo te ayudo a cambiar el mundo...¡sonrie!

Te quiero.
JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
¡Muchísimas gracias, Lady, eres un sol!
Tu cuento es muy bonito, y la moraleja que conlleva es cierta: si queremoe un mundo mejor debemos dar ejemplo y ser tolerantes y bondadosos con el prójimo; aunque no piense igual que nosotros.
Lo malo es que somos humanos, la peor especie, y es difícli reconocer nuestros fallos y más aún pedir perdón cuando los cometemos.
Tampoco ayuda el que cuando pedimos perdón tras darle muchas vueltas al asunto, el/la otr@ nos vuelve la espalda, orgullos@ de que sea uno el que se ha rebajado.
Un beso, guapa.
Xanti ha dicho que…
Lalalala vete a mi blog un segunditoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Muak
Anónimo ha dicho que…
ME gusto mucho el cuento. Es una moraleja bien bonita. Si hiciéramos más cosas de estas por el prójimo, nos iría a todos mucho mejor. Podemos empezar por los amigos que tenemos a nuestro lado, o por el vecino del cuarto, o por alguien cercano.

Cariño, espero que te encuentres ya mucho mejor.

Un besito guapa
Silvia ha dicho que…
Me aleegro mucho de que ya estés bien guapa! :)

El cuento me encanta, como todo lo que he leído aqui jejeje.

Un besito (LLL)

Silvia.
Sese ha dicho que…
Si es que lo normal sería obrar con bondad, pero parece que la raza humana está preparada para lo contrario y no siempre se preocupan de que no sea así. Predicar con el ejemplo y enseñar desde pequeñito a respetar a los demás debería ser lo habitual

Saludos
Anónimo ha dicho que…
Te entiendo.

es un conejito
es un peluche
es inanimado

pero es tuyo
y lo quieres



bst
ilhem ha dicho que…
XDDD
me encantaa
es precioso
una historia lindisima
de una persona lindisima
besiitos
Anónimo ha dicho que…
Oyeee ya va siendo hora de actualizar esto no?? jajaja tengo ganas de leer algo nuevo ^^

un beso guapa! MÚA! :D
Anónimo ha dicho que…
Hay algo de lo que escribas que no me guste? jajaja yo también he calculado su longitud diciendo: puaf! se ha extendido es ta vez! xD
Pero al leerlo, tu soltura y tu sencillez o facilidad a la hora de trasmitirlo, me lo han hecho tan ameno como una viñeta pero tan interesante como un buen libro.
Un mensaje muy cierto, y como siempre, bien planteado^^

PS: Me alegro de que estés mejor, vuelves a dar más y más fuerte ^^ BSS!

fdo: Gugy
Rafa ha dicho que…
Que bonita historia. Y es que tienes razon, no hacen falta escusas para hacer algo bueno, solamente hay que querer hacerlo. Me ha conmovido, sí, un texto muy bonito y una historia muy profunda, justo a lo que nos tienes acostumbrados. Asi que enhorabuena porque vales mucho, tu y todo lo que haces. Y una vez más, gracias por compartir con los que te leemos historias e ilusiones, asi que sigue asi, sigue mucho tiempo asi porque quiero que sepas que as mi personalmente me encanta leer y sumergirme en tus mundos. Sigue porque nada mas que el hecho de leerte ya merece la pena.

PD: Perdona no haber comentado desde hace un tiempo, pero es que 2º me esta matando, y no tengo tiempo para absoltamente nada. ¿Pero que sepas que lo he leido todo,y que te sigo, ok?

PD2:¡¡¡te amoooooo!!! (si no aparece eso es que no soy yo xD)
Verónica ha dicho que…
Y nunca dejes de ser tu misma, y de encontrarte cada dia con tu yo más intimo...

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe caliente, siempre que quieras...
David ha dicho que…
Bonita entrada :)
Gracias por el comentario en mi blog.
Nos leemos! ^^
Anónimo ha dicho que…
jum

no gutta
tu ausente

estas bien?


bst

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,