Ir al contenido principal

La boina mágica


— ¡Hola chicos! —Toñi, la joven cuentacuentos, llegó a la zona de juegos en la que los pequeños se divertían.
 — ¡Buenos días Toñi!—contestaron varios, mientras el resto avisaba a los demás de que había llegado ya.

No tardó en hacerse un corro en derredor de ella. Todos la miraban expectantes, sonriendo. También se acercaron padres curiosos y algún adolescente intrigado. La joven se había sentado en uno de los bancos de piedra, en el Parque de los Pinos.

— Mmm... ¿Sabéis qué es esto? —La joven señalaba con su mano derecha un objeto que sostenía con la izquierda.
— ¡Un sombrero! —Dijo Irene enseguida.
— ¡Una gorra de abuelo! —Exclamó Rafael.

La risa general de los más mayores hizo sonrojar al chico.

— Tal vez usted pueda responder a la pregunta que he hecho —se dirigió a uno de los padres que contemplaban la escena.
— Es una boina.
— Exacto. Una boina. Es el nombre que tienen los sombreros planos con los que solemos identificar a las personas mayores. ¿A quién se le ocurre por qué lo he traído aquí hoy?
— Yo creo que es mágica —respondió a los pocos segundos, Aurora.
— ¿Y eso? —Se sorprendió Toñi.
— Por gusto no te la has comprado, ya que es muy fea, así que tiene que ser mágica.

Toñi rió. La verdad es que nunca le sería indiferente la imaginación de aquellos chiquillos.

— Vale. Digamos pues, que has acertado ¿de acuerdo? ¿Qué poderes podría tener esta boina?
— Te hace invisible.
— Puedes volar.
— ¡Pero si no se ven las alas! Es que no piensas, Pedro.

La cuentacuentos volvió a echarse a reír.

— Bueno, bueno, habéis estado muy cerquita. ¿Sabéis qué es lo que pasa cuando te la pones? Que si cerráis los ojos, podéis veros de mayor, haciendo lo que os gusta donde desearíais. —La joven hizo una breve pausa, cediendo tiempo a los pequeños para que procesaran la información, antes de seguir. —Mi abuelo me la dio cuando era de vuestra edad. Me vi aquí, en el parque, contando cuentos a personas como vosotros. Me sentía feliz. Entonces me dijo algo que nunca olvidaría: esto que has visto, es tu vocación. Esfuérzate por conseguir ser quien eres y no dejes que nadie te detenga. Es tu sueño. Es tu vida. Por eso la he traído. ¿Quién quiere probarla primero?

Ante aquel jaleo de “yo, yo, yo”, Toñi tuvo que pedir silencio y decir que ella iría sacando por orden a todos y cada uno de ellos.

— Sara, acércate.

La chica obedeció, tímida.

— Cierra los ojos... ¿Lista?

Sara respiró hondo antes de responder con decisión:

— Sí.

María (yo) con una boina
La cuentacuentos dejó caer la boina sobre la cabeza de la pequeña, sonriendo. Esperó unos segundos antes de preguntarle:

— ¿Qué ves, Sara?
— Me encuentro en Venecia, o eso creo, se parece mucho a las fotos que he visto de ese sitio. Llevo la boina. Tengo un pincel en la mano, y pintura en la otra. Estoy pintando un cuadro del paisaje. La gente se para a mirarme, dicen que soy una artista.
— ¿Cómo te sientes?
— ¡Muy contenta!
— Bien, ahora, abre los ojos poco a poco y devuélveme la boina.

La pequeña obedeció, radiante de ilusión.

— Ahora tú, Paco.
— No...
— No tengas miedo, ven.

El chico se levantó y se acercó a Toñi, algo desconfiado.

— Mira, es una boina normal y corriente, ¿ves? No te va a pasar nada... ¿Confías en mí?

Paco respiró muy hondo y cerró los ojos. Toñi colocó la boina sobre su cabecita y repitió el ritual anterior, preguntando tras unos minutos qué era lo que veía.

— Vivo cerca de la montaña, tengo ovejas. Soy muy mayor, pero me siento bien. Estoy saliendo en la tele porque he conseguido que no construyan más edificios en esa parte. Creo que soy escritor, también, por eso he conseguido eso, porque la gente lo leyó. O no, no sé, no sé.

— Relájate, Paco —susurró la cuentacuentos.
— Soy pastor de ovejas —dijo por fin.
— ¿Y cómo te sientes? 
— Muy feliz.
— Eso es... Ahora, abre los ojos lentamente, muy bien, así.

El pequeño le devolvió la boina y se fue a su sitio.

De uno en uno, los niños se pusieron la boina y contaron sus ilusiones, cómo se imaginaban de mayores en el fondo de su corazón. Hubo de todo: arquitectos, barrenderos, profesores, médicos, voluntariado en organizaciones no gubernamentales, ingenieros, pedagogos, presentadores, escritores, granjeros, economistas, cocineros, fontaneros, albañiles...

David con una boina
El alboroto final demostraba la excitación de los pequeños por lo que acababan de vivir. Toñi se sentía satisfecha, pero aún le quedaba algo por contar.

— Chicos, calmaos, anda.

Hicieron falta unos minutos para que todos guardaran silencio de nuevo.

— Al principio os comenté quién me dio esta boina, ¿verdad? Lo que vi, y lo que mi abuelo me dijo después. Supongo que antes no lo podíais entender del todo bien, pero ahora que lo habéis vivido como yo, seguro que comprendéis la importancia de esto que ha pasado hoy. Esta boina os ha mostrado vuestra vocación, aquello para lo que habéis nacido, lo que realmente queréis hacer con vuestra vida ¿cierto?


Los niños la escuchaban con los ojitos abiertos, interesados en cada palabra que Toñi pronunciaba.

—Esforzaos por conseguir vuestro sueño, que nada ni nadie os detenga, ignorad lo que diga o piense la gente cuando os eche en cara que son bobadas infantiles, que no lo alcanzaréis por ser una meta demasiado alta, que no tiene “salidas”... que juzgue lo que le plazca, pero vosotros luchad por vuestras ilusiones, estudiad, porque sólo así conseguiréis que lo que habéis visto hoy con la boina se haga realidad, y no se quede en un simple cuento de un sábado por la tarde. No olvidéis lo que me dijo mi abuelo, y lo que os pido a cada uno de vosotros: esto que has visto, es tu vocación. Esfuérzate por conseguir ser quien eres y no dejes que nadie te detenga. Es tu sueño. Es tu vida.

Los jóvenes que se habían sentado detrás de los más pequeños empezaron a aplaudir, invitando a que los demás los imitaran.

Comentarios

Vicent Maganer Ripoll ha dicho que…
Excelente relato que nos recuerda que nuestra voluntad es la mayor fuerza motriz que la naturaleza haya visto, y que debemos usarla aún cuando nuestros deseos estén lejanos y neustros mismos semejantes se vuelvan en nuestra contra.

Me ha gustado de sobremanera :)
JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
¡Anda, que delicia de cuento!
La verdad es que esta faceta te va de maravilla, es como si en la realidad tu profesión fuera de monitora infantil. En todo caso he disfrutado mucho con la clase al aire libre mirándote rodeada de pequeñines.
Un beso
Juan A. Pérez ha dicho que…
una boina y unos cuentos...cuantos recuerdos..:)
Anónimo ha dicho que…
Vaya, me ha recordado mucho a una técnica usada en psicología/PNL que se llama Cambio generativo. Se coloca al sujeto en una fantasía en la que ha conseguido ya sus metas, se les da via libre para que disfruten de la satisfacción y el orgullo de haberlo conseguido, y de esa manera obtiene una gran motivación para esforzarse y conseguirlo.
Mu guay el cuento, y con su enseñanza en valores incluida :-)
Marina Ortega ha dicho que…
Me encanta coomo escribes, te sigo y espero en cargadadelibros.blogspot.com
Xevi CG ha dicho que…
¡Hola princesa LadyLuna!

Me ha encantado ;) Un cuento inspirador y otro ejemplo más de porque soy un fiel seguidor de tu blog literario. Reflexiones envueltas con dosis de magia, bondad, ilusión, amor, sueños...ingredientes imprescindibles para "endulzar" la vida y darle sentido.

Sin duda, hay que luchar por nuestra vocación, sea la que sea, sin obsesionarnos y sin olvidarnos de disfrutar de las pequeñas cosas y sobre todo de la gente que queremos.

La teoría siempre es más senzilla que la práctica, pero por algo se empieza!

Besitos y un fuerte abrazo mimoso!

P.D.: Por cierto, estáis muy guapos con la boina! ;)
Sephirot ha dicho que…
Me encantó tu relato, y me hizo recordad muchas cosas, entre ellas no rendirme =) gracias
TORO SALVAJE ha dicho que…
Que bonito y que aleccionador.
Una pura delicia.

Besos.
diadereyes ha dicho que…
estaré en venecia en unos dias.

no creo que la realidad te supere



bst
diadereyes ha dicho que…
estaré en venecia en unso dias.

a ver si encuentro la boina



bst
Unknown ha dicho que…
Muy bonito este cuento. Siempre me sorprende cómo eres capaz de meterte en la historia y contarla. Me gusta tanto lo realistas que parecen los personajes (como hablan, como sienten, sus emociones), como cuando narras la historia, porque ,como siempre, escribes las palabras justas y necesarias para que el lector se sienta dentro, pero sin abusar de descripciones innecesarias.
¡Muchos besitos cariño mío!
PD: Me hizo mucha gracia el pastor... ¡No sé por qué será!
guille ha dicho que…
Cuentame un cuento.

O en su defecto, dejame la boina magica.

Aunque yo ya transito por esos futuros y ya me he apuntado a hacer lo que era mi sueño.

Pero sigo teniendo alguno, aunque mas a corto plazo.
Alícia ha dicho que…
Es un relato precioso: te ha quedado "bordado". Siempre me asombras... y me emocionas. Te superas en cada relato. Un beso.
¿Cuando volvemos a vernos?
Alícia
Spike ha dicho que…
Me ha sorprendido tanto la imaginación que tienes como lo bien expresado y descrito que está. Es como si yo estubiera en ese lugar, entre el grupo de adolescentes que se terminan sorprendiendo.
Además es una historia incluso educativa, de orientación. En esta historia se nota la gran pedagoga que hay detrás.
Me he sentido un poco identificado con esta historia porque, a veces, algún miembro de mi familia o de mis amigos me dicen que estudiar esta carrera es para nada, que lo que tengo que hacer es buscar trabajo, etc. Pero yo siempre me he dicho que el primer paso hacia el fracaso es el no intentar nada por miedo a dicho fracaso. Que con ilusión, esfuerzo y optimismo se llega a donde quieras llegar. Pon un PODEMOS en tu vida.

Me ha encantado, LadyLuna. Enhorabuena ^^
Sese ha dicho que…
Preciosa historia, cierto debemos luchar por lo que creemos, aunque a veces no sea sencillo

SAludos
Lúa N. ha dicho que…
Un blog muy curioso la verdad ^^
ya te sigo en tus dos blogs, pásate pro el mio siempre que quieras :)
Unbesiito.
Anónimo ha dicho que…
Me gusta mucho el relato, lo cierto es que no soy de literatura infantil, al menos ya, pero hay que reconocer que está muy bien expresado y, como ya han dicho anteriormente, tiene un componente educativo de lo mas logrado.

Me encantó el blog en general y este relato se merece un 10. Sigue deleitándonos con estos cuentos y algún día se los contaré a mi hijo XD
bea ha dicho que…
Precioso relato, me ha encantado *.*
En serio, lo que escribes hace pensar y ver las cosas de manera diferente. Voy a seguir tu blog, porque me está encantando lo que leo por aquí y espero que de vez en cuando me hagas una visita ahora que acabo de empezar :) Un besito y cuidate!
AиA ha dicho que…
Muy chulo tu blog! ^^
aunque de normal no haga mucho caso a esto de los blogs y tardo bastante en actualizar el mío(xD)te sigo a partir de ahora para pasarme cuando entre, oki? :)
un besitoo!
- ha dicho que…
me encanta tu bloog, yo tambien te sigo!
:)!
Xemarii, Tu primito XD. ha dicho que…
Me ha gustado muchisimo Primitaaa!!, (perdón si he tardado, con esto del bachiller -_-U).
Desde luego cada vez te superas en ti misma, estoy seguro que esa boina te ha ayudado muchisimo ^-^. Y la verdad, tienes muchisima razón al escribir "Esforzaos por conseguir vuestro sueño, que nada ni nadie os detenga, ignorad lo que diga o piense la gente cuando os eche en cara que son bobadas infantiles, que no lo alcanzaréis por ser una meta demasiado alta, que no tiene “salidas”... que juzgue lo que le plazca, pero vosotros luchad por vuestras ilusiones, estudiad, porque sólo así conseguiréis que lo que habéis visto hoy con la boina se haga realidad, y no se quede en un simple cuento de un sábado por la tarde. No olvidéis lo que me dijo mi abuelo, y lo que os pido a cada uno de vosotros: esto que has visto, es tu vocación. Esfuérzate por conseguir ser quien eres y no dejes que nadie te detenga. Es tu sueño. Es tu vida.".
Motiva a las personas a conseguir sus objetivos =D.
En fin, muchos bexitos primitaaa, y dentro de poco nos veremos todos juntos de nuevo ;).
Xemarii, Tu primito XD. ha dicho que…
Me ha gustado muchisimo Primitaaa!!, (perdón si he tardado, con esto del bachiller -_-U).
Desde luego cada vez te superas en ti misma, estoy seguro que esa boina te ha ayudado muchisimo ^-^. Y la verdad, tienes muchisima razón al escribir "Esforzaos por conseguir vuestro sueño, que nada ni nadie os detenga, ignorad lo que diga o piense la gente cuando os eche en cara que son bobadas infantiles, que no lo alcanzaréis por ser una meta demasiado alta, que no tiene “salidas”... que juzgue lo que le plazca, pero vosotros luchad por vuestras ilusiones, estudiad, porque sólo así conseguiréis que lo que habéis visto hoy con la boina se haga realidad, y no se quede en un simple cuento de un sábado por la tarde. No olvidéis lo que me dijo mi abuelo, y lo que os pido a cada uno de vosotros: esto que has visto, es tu vocación. Esfuérzate por conseguir ser quien eres y no dejes que nadie te detenga. Es tu sueño. Es tu vida.".
Motiva a las personas a conseguir sus objetivos =D.
En fin, muchos bexitos primitaaa, y dentro de poco nos veremos todos juntos de nuevo ;).
Marina ha dicho que…
Yo tmbién quiero unaboina cómo esa!
aunque ya tenga claro lo que quiero ser (o más o menos) nunca está de mal ojear cómo si no quisisese la cosa, jeje...
Me gusta tu blog, que sepas que te sigo!
muack muack
Lexy Sen ha dicho que…
Precioso!! Seguir las metas de uno no importe lo que digan los demás, asi es como siempre debería ser :)
Me ha encantado la boina mágica.
**V** ha dicho que…
me encantaa tu entrada :O!!!! un abrazooo!!

http://www.nuestrahistoriaspain-london.blogspot.com/
Eme ha dicho que…
Me encanta esta historia, puesto que anima a los niños ya desde pequeños a luchar por sus sueños, a esforzarse en aquello en lo que creen les hará sentirse llenos y dichosos.
Muy bien escrita ^^

Madame Garburn.
bixitoluminoso ha dicho que…
que texto tan bonito de peques!
lightangel ha dicho que…
me encanto el relato,es una extraña forma de ver que las cosas pueden cambiar cuando uno menos lo espera. GRACIAS!!!

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,