Paula, la joven cuentacuentos, llegó al parque donde ya había convertido en cotidianidad el encuentro con los pequeños, los sábados por la tarde.
— ¡Qué bien, otro cuento! —exclamó Juan, entusiasmado.
— ¡Sí! ¿Qué nos vas a contar esta vez? —preguntó, ilusionada, Toñi.
— ¡Yupi, yupi!
La joven cuentacuentos tenía en mente una nueva idea, la cual iba a llevar a la práctica incluyendo, por supuesto, a niños y adultos. Por eso no había tomado asiento en su banco, sino que esperaba de pie, a que los pequeños se calmaran.
—Hoy vamos a hacer otra cosa...
— ¿Por qué? ¡Queremos escuchar tus cuentos!
—Tranquilos, ¡seguro que os gusta! Porque esta vez vamos a inventar una historia entre todos los que estamos aquí, y vamos a vivirla. —Esbozó una sonrisa. — ¿Qué os parece?
—Pero... ¿cómo? —preguntó Paco.
—Primero tenéis que poneros todos de pie, si no, no vale.
Paula aguardó unos instantes hasta que los chicos la obedecieron. Luego, se dirigió a los más mayores, que también la escuchaban, para que se unieran al grupo. Aceptaron la invitación, no muy convencidos.
—Para que esto salga bien, hay que tomárselo en serio ¿sí? Esto va por todos.
Los pocos adolescentes y adultos que la acompañaban asintieron, algo avergonzados.
—Empezaremos por el lugar en el que nos encontramos: ya no es el Parque de los Pinos, sino un bosque encantado... No se oyen coches, ni a la gente pasear o hablar, estamos solos en este sitio. Se escuchan búhos, y hay muchos, muchos árboles por todos lados. El sol nos alcanza por los resquicios que las ramas olvidaron cubrir. Pero, hay algo que no entiendo... ¿por qué estamos nosotros aquí? ¿Quiénes somos?
Los niños escuchaban boquiabiertos a la joven cuentacuentos, a la vez que paseaban la mirada por los pinos, el cielo, el suelo, imaginándose el escenario descrito por Paula.
— ¡Somos... somos exploradores! —se atrevió a intervenir Juan.
—Yo soy una princesa que se despertó aquí sin saber por qué, ¡con lo que me gustaba el castillo!
—Pues yo soy un guerrero que ha venido a salvarla.
— ¡Yo, un científico!
Poco a poco, los pequeños fueron eligiendo sus personajes. Paula dirigió su mirada a una de las chicas que la observaban, y la invitó con un gesto a participar de la historia.
—Soy el fantasma del bosque —se le ocurrió decir.
—Mmm... Yo un cocinero que entró a buscar bayas y se perdió —intervino, para sorpresa de la cuentacuentos, uno de los mayores.
Y así, todas las personas allí reunidas definieron su rol de aquella tarde. A Paula, entonces, se le ocurrió preguntar...
—Bueno, como podéis ver, somos gente muy diferente, ¿qué hacemos aquí? ¿Por qué no nos hemos ido?
—Porque es un bosque mágico del que no se puede escapar —dijo enseguida, asustada, Almudena.
— ¿Y por qué no se puede escapar de aquí, Almu?
—Porque... no sé...
— Porque cuando lo intentas, el escenario cambia por completo... Dejas de estar en el bosque para encontrarte en otro sitio más raro todavía —propuso uno de los adolescentes.
— ¿Y qué hacemos? ¡Yo quiero volver a ver a mi familia! —dramatizó Paula.
—Iremos todos juntos, así, aunque el bosque nos transporte a otro lugar, seguiremos estando acompañados... y podremos pensar en cómo salir de aquí —se le ocurrió a Pedro.
— ¿Os parece bien, chicos? ¿Alguna otra propuesta?
Los miembros del equipo unieron sus manos y emprendieron el camino hacia una compuerta situada entre dos de los árboles más cercanos a ellos. Estaba abierta. Respiraron hondo.
—A la de tres. Una, dos... ¡y tres!
Saltaron al interior de quién sabe qué. Aún se cogían de la mano cuando Paula intervino de nuevo.
— ¿Estáis todos bien?
Afirmaron un par de veces.
— ¿Dónde estamos? ¡Qué sitio más raro! —siguió, la joven cuentacuentos, animando a los demás a participar en la creación del escenario.
— ¡Mirad! —Exclamó Pepito — ¡Hay un cofre! ¡Seguro que guarda un tesoro!
El joven corrió hacia el pie de uno de los pinos, entusiasmado.
— ¡Espera! ¿Y si no es eso lo que hay dentro? ¿Y si salen bichos malos y cosas así? —le detuvo, Manoli.
— No seas miedica.
— Oye... ¿y si tiene razón? — La apoyó el chico adolescente.
—Bueno... no sé... ¿Qué hago?
—A ver, hagamos una votación, ¿vale? —propuso Paula.
—Sí, venga... pero es que yo no sé si quiero abrirlo... porque puede que salga algo feo —se excusó Reme.
— Bueno... mirémoslo de la siguiente manera: estamos encerrados en este sitio, no tenemos nada que perder, ¿qué podemos hacer, si no lo abrimos?
Tras un breve debate, el grupo optó por abrir el cofre.
— ¡Hala! ¡Hay unas escaleras!
— ¡Sí! ¿A dónde irán?
— No sé, pero está muy oscuro...
—Bien, ¿quién se atreve a ir delante? —preguntó Paula, divertida.
— ¡Yo!
José, seguido por Eduardo, Esther, Rocío, Antonio, Esperanza, Toñi, Paco, Juan, Pepito, Manoli, Almudena, Pedro y todos los demás, empezó a bajar por la escalinata del interior del cofre.
— ¡Socorro! ¡Socorro!
Paula, que se había quedado la última, gritaba asustada.
— ¡Algo me ha atrapado, y no sé qué es!
— ¡Oh no, seguro que es un dragón de los malos!
— ¿Qué hacemos?
— ¡Hay que salvarla!
— ¿Pero cómo? ¡Tengo miedo!
— A ver... no sé... Tú coge la cuerda esa de ahí, vosotros, coged frutas podridas, y vosotros, buscad algún arma, espada, lo que sea... ¡ya!
Todos los niños, padres y jóvenes se pusieron manos a la obra, mientras la pobre Paula gritaba desconsolada, asustada, al otro lado del cofre.
— ¿Estamos todos listos? —preguntó una chica quinceañera.
— ¡Sí, señora!
— Pues... ¡AL ATAQUE!
Juntos, dispuestos a luchar, echaron a correr escaleras arriba hasta ir saliendo, uno a uno, del cofre. Un monstruo alado agarraba a Paula y echaba fuego por la boca.
— ¡Oh no!
— ¡No tengáis miedo, juntos podremos vencerle! —les animó uno de los padres.
Y así fue como empezó el combate. Paula cayó de las alturas a la tierra, tosiendo, mientras los demás peleaban contra aquello que la había tenido atrapada. Algunos de los pequeños se acercaron a curarla.
— ¡Hay que sacarla de aquí! — Exclamó Pedro — ¡Bajadla por las escaleras!
Los niños ayudaron a Paula a llegar al cofre, en el que se metieron. El resto, iba acercándose a ellos poco a poco, a medida que el dragón iba ganando terreno.
— ¡Corred! ¡Hay que entrar en el cofre y cerrarlo!
Jadeantes, rodaron por la escalinata hasta acabar en el suelo. Lentamente, fueron frotando sus ojos y levantándose.
— ¿Dónde... dónde estamos?
— ¡Oh, mirad, hemos llegado al Parque de los Pinos!
— ¡Yupi, yupi!
Los pequeños se abrazaron unos a otros, incluyendo en ellos a los más mayores y a la joven cuentacuentos, que sonreía satisfecha. Al fin y al cabo, no hay mejor inspiración que la imaginación improvisada de personas con ganas de soñar.
Comentarios
En primer lugar, quiero agradeceros a todos los que leeis y comentáis en este pequeño rincón, haciendo que siga vivo.
Y en segundo, bueno, comentar que este cuento se me ocurrió unos días después de haber pasado una tarde jugando con David, imaginando que la calle de vuelta a mi casa era una cueva mágica, que nos perseguían murciélagos y esas cosas, jaja, ¡si es que...!
Espero que todo os vaya bien (salud y familia sobre todo, que es lo importante).
¡Un besito!
Me alegro mucho que te sientas tan feliz y tan tú.
Nunca dejes de escribir, y recuerda, aunque no comentes alguna vez, siempre te leeré.
Besitos
No dejes de escribir, besos!
Me ha encantado y estoy contigo, hay que "soltarse" más y atreverse a soñar, tengamos la edad que tengamos. Quizás no todos, pero sí muchos de nuestros problemas con imaginación e ilusión pueden solucionarse o como mínimo hacerse más llevaderos.
¡Un abrazo mimoso y besitos!
Saludos a todos tus lectores! ;)
Más dificil es que los adultos se sumen.
"¡¡La imaginación al Poder!!, gritábamos en las calles de París en el Mayo del 68.
Y según mis estudios (soy Doctor en Psicologia por la Universidad de Punta Hombría), afirmo que te gustan mucho los niños.
De nada, la consulta es gratis.
Un besito, guapa, y que pases muy felices fiestas.
Son preciosas las pequeñas historias qe escribes ^^
Nos encantaría, que si no te importa, visitaras nuestro blog ^^
http://alaluzdelasestrellas09.blogspot.com/
PD: Son rpeciosos:)
Esa fórmula nunca falla.
Besos.
Veo que eres conocida ;) Con esas historias que cuentas, normal.
Un beso!
Un saludo, y gracias por pasarte por mi blog :)
Me encantaría ver estas historias recogidas en un libro, ojala esto no se encuentre en un futuro muy lejano. Sigue así y seguro que cuando te des cuenta tienes publicado algo tuyo.
Te lo repito bastante a menudo, pero tu imaginación siempre me sorprende. Tengo que decir que fue muy bonito ver como dabas vida a una historia mientras estábamos juntos y que me emociono formar parte de ella.
¡Muchos besitos! ¡Te quiero!
Me gusta mucho el papel de la imaginación, es algo muy importante y toda una suerte tenerla:)
te pasas por mi blog?
http://maarmisscaffeine.blogspot.com
besitoos:D
Se nota tu ___ a la hora de narrar las historias.
Me ha gustado la historia, y tambien tu forma de escribir.
Saludos, y espero que te pases tambien por el mio ;)
http://www.kairimlaleyenda.blogspot.com/
http://www.phantomsofthenight.blogspot.com/
jaja y que bueno lo de David, si esq sois tal para cual xD
Jeje buenu pequeñita un besote y a ver cuando nos vemos de nuevo q los exámenes x lo menos a mí me tienen bastante liadilla >.<
Espero que te vaya todo bien ^-^ Un besitoo!! ^3^
Besos
Me encanta la cuenta cuentos ;D quiero ser como ella ;D y amo como conseguistes hacer participar a todos los personajes simplemente sublime
Un beso cielo
Besos, y hasta muy pronto.