Ir al contenido principal

Promesas, sueños y risas de una triste amapola

Su amistad duró lo que tardó en cruzar mi jardín. Llegó desorientado, sin saber con quien hablar; se había quedado solo. Yo, encantada, le ofrecí sombra en los veranos y refugio en los inviernos. Promesas, sueños y risas que eran nuestras, especiales, de nadie más. Mi corazón se impregnó de sus manías, de todo aquello que le hacía diferente. Mi cabeza, algo más sensata, sabía que algo no iba bien; pero ella también deseaba pensar que aquello era verdad.

Empezó a irse al jardín de la casa de al lado. Las amapolas y las margaritas no nos llevamos bien. Él decía que nada cambiaba entre nosotros. Palabras vacías que se clavaban en mi frágil tallo para ir lastimando poco a poco mi alma. A mi pregunta "¿y si te quedas conmigo?" mintió con su afirmación.

Un día se fue y no volvió. Se olvidó de mí. Como si todas las promesas, sueños y risas no hubieran existido en su memoria. Yo me quedé aquí, esperándola, como una tonta flor que espera lluvia en agosto. Le envié mensajes: el viento, los pájaros y algunos insectos me ayudaron a hacerle llegar cada palabra. No respondió.
 
Los dueños del jardín me vieron marchitar y me sacaron, me aislaron en una maceta y me cuidaron como si estuviera enferma. Le echaba de menos. Le quería como él nunca lo haría conmigo.

Gracias a ellos he vuelto a mi jardín. Tengo color en mis pétalos y el perfume, aunque desprende la nostalgia del pasado, huele bien. Él sabe que sigo aquí, que le perdonaría si regresara, pero no lo hace. Mi caracol no vuelve la vista atrás. Me siento triste; temo volver salada el agua que bebo. ¿Es que no soy capaz de retener a quien me importa? 

Mi dueña me contó que a veces la gente se distancia por causas ajenas a su voluntad. Me confesó que algo así le ocurrió con su mejor amigo, con quien había compartido momentos de todo tipo. Ella también llora. Pero eso no justifica mi caso, Enero, mi caracol, se fue, se marchó por su propia voluntad. Y no regresa porque no quiere. Quizás caiga una tormenta, se asuste y vuelva a la protección de mis hojas. No lo sé. Ahora ni siquiera sé si deseo su regreso. Le he visto pasar de largo frente a mi jardín; incluso ahora habla de otra manera. Parece que haya cambiado, que no sea el pequeño caracol del que me enamoré... o, tal vez, haya cambiado mi forma de verle. 

Dicen que cuando alguien se va de nuestra vida en un momento determinado, es porque debía ser así, que las estrellas pueden ser fugaces o fijas y, por muy bonitas que nos parezcan las primeras, sólo están de paso en nuestra noche. Mi dueña me ha dicho que hay que mimar a las que no se van, a quienes se quedan para siempre, aunque también podemos deleitarnos con la puntual compañía de quienes se marchan algún día. Piensa que de todo se aprende... que la risa es sana y el llanto necesario para valorarla. Supongo que tiene razón, pero no me gusta. De hecho, las promesas, sueños y risas para compartir, las he guardado en lo más profundo de mis raíces.

Comentarios

María (LadyLuna) ha dicho que…
Disculpad la demora y mi ausencia por vuestros rincones, pero estuve malita.
Mejorándome, vuelvo a las andadas.
¡Un besito!
... ha dicho que…
Guau .Hacia tiempo que no te leia y me arrepiento tanto porque de verdad cada vez que te leo , me olvido de todo lo que hay a mi alrededor ;D un relato superprecioso y tiene toda la razon , hay que cuidar a los tuyos antes dde que se vayan ;D un besazo
Sese ha dicho que…
Y es que las promesas que se realizan son para romperse, lo mejor es no hacerlas, son las que acostumbran a cumplirse

UN beso (y a mejorarse)
Eme ha dicho que…
Me ha encantado !
Y mejórate :)
Un saludo ; )
edenlaura ha dicho que…
Me parece un escrito precioso, cargado de sentimiento, simplemente genial.
Carmen♥ ha dicho que…
Hola! Espero que te recuperes del todo pronto:)
Echaba de menos tus relatos, y qué bonito este y curiosa forma de hablar sobre cuando alguien se va de nuestro lado, me ha encantado la pequeña historia del caracol y la amapola^^

Besos!
Inma Ruiz ha dicho que…
Que preciosidad de relato. Como escribes niña!!.
ClaryClaire ha dicho que…
Ohh!! Qué bonito... y triste también, pero aún así precioso :)
Está tan bien expresado.... y lo de que es un caracol...es muy original

Un beso, me gusta un montón!
Isabel Motos ha dicho que…
Increíblemente sabia la moraleja de este escrito :)
¿Quién no ha tenido nunca en su vida un caracol?
JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
¡Simplemente Genial!
Tienes razón: hay que cuidar a los que se quedan, cuesta mucho hacer un amigo y en sólo un minuto puedes perderlo.
Yo también añoro a unas cuantas caracolas.
Espero te mejores. Un placer leerte. Besos
InfusiónDeLotoNegro ha dicho que…
Me ha encantado esta entrada, tiene tanta ternura que no sé ni cómo se sostiene.
En realidad creo que si se cómo se mantiene, y es por la parte proporcional de fuerza que contienen algunas de las imágenes que nos regalas.
Maravilloso mundo el que retratas, donde incluso la raza más despiadada con su entorno que existe en este planeta, es capaz de comprender las miserias de una flor.
Hermoso, sin lugar a dudas…

Te dejo el enlace de un corto (aunque tendrás que descargarlo para verlo) que me parece que tiene similitud con lo que cuentas, al menos la misma fuerza.


http://www.taringa.net/posts/manga-anime/9505723/Doggy-Poo-_Doggie-Poo_-_2003_Dvdrip_Corto_Vose_Mu_.html



Yo también te sigo, aunque a veces me pierda cosas.

Un abrazo
TORO SALVAJE ha dicho que…
Me alegro de que te encuentres mejor.

Si.
Hay que mimar a los que no se van.

Besos.
Escritora Laura M.Lozano ha dicho que…
Espero María que ya estés repuesta completamente cuando leas esto.
La entrada: maravillosa, real como la vida, ese continuo ir y venir de caracoles y caracolas que aparecen en ella, unos se quedan más, otros menos, algunos días, horas, minutos.¿Quién no tiene algún tipo de recuerdo de alguien que llegó estuvo y se marchó dejando en nosotros su rastro? Precioso, como siempre lleno de esa ternura que imprimes a tus palabras y esa elegancia que caracterizan a tus escritos.
Esta entrada tuya me ha traído a la mente una canción de los Beatles titulada "In my life" óyela, si tienes tiempo y haz tuya su letra. Es una pequeña joya y una obra de arte. Te dejo el enlace.
http://youtu.be/wWZv450mSeg
Un besito. =))
Atanila Sirabar ha dicho que…
¡Hola! Jo, te sigo desde hace poco pero me encanta tu manera de escribir. Utilizar una flor y un caracol para expresar esa tristeza que todos sentimos alguna vez... una idea muy original, y un relato enternecedor. ¡Seguiré pasándome por aquí más a meudo!
Paloma ha dicho que…
precioso blog^^ pasate por el mio, te sigo, un beso preciosa
Bea ha dicho que…
Bueno, supongo k no te importará un comentario más, aunk te sobra, hahahahaha!!! Ke me encanta lo k escribes y como lo haces!!!!! Ke ya lo sabes, vales para esto. Un besito guapisimaaaaaaa!!!!!
Anónimo ha dicho que…
Que gran historia. Llevo tiempo sin leerte pero veo tanta maestría en tus escritos o más que desde la ultima vez que lo hice. Fantástico. Siempre está bien leer algo tuyo, consigues remover llagas internas de una forma muy dulce. Gracias por escribir de ese modo ^^ Bss! Paz!

FDO: Lunático
Spike ha dicho que…
Hacía tiempo que no te leía aunque también es normal, ya sabes que siempre ando muy ocupado...
Esta historia me encanta, lo mismo que tu dijiste que tengo un don para las rimas, yo te digo que tu tienes un don para conseguir expresar con historias y personajes únicos aspectos que ocurren en la vida. Además parece que te encanta usar la naturaleza, las plantas y los animales e insectos para ello.
Enhorabuena y sigue escribiendo, nunca pierdas esta afición.

Recibe un cálido abrazo de Spike =)
luna ha dicho que…
Hola, he disfrutado muchísimo de tu relato, tienes una imaginación muy creadora, tendrás muchos éxito si alguna vez te lo propones.

Me alegro de que te encuentres bien.

En este mundo hay que cuidar y mimar a los que quieres.

besitos

luna
David Garcia Felis ha dicho que…
Me ha encantado como has contado ese sentimiento que sentimos cuando alguien se aleja como la amapola y el caracol. Supongo que me repito, pero me gusta mucho como plasmas tu imaginación en tus textos.
Y sí, es lo que dices, hay que cuidar a los que no se van, y de los que se van, guardar todos los buenos momentos.
Un texto que me emociona leerlo.
¡Besitos!
GirlBlue ha dicho que…
hacia tanto tiempo que no te leia que olvidé lo calido que es este blog...

yo tmb he vuelto a las andadas a pesar del lio de vida que llevo...

Sigue asi!!un besote y que todo siguabien :)
Ted ha dicho que…
Que bonito! Me encanta!
Kate ha dicho que…
Maniquíes con mucho amor y mucho arte, son figurines intrigantes y después de leer esto una pizca más xDDDDDD

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,