-Creías que nadie vendría -esboza una leve sonrisa, un "lo sabía" se escribe en su mirada. -Me alegra saber que te equivocabas.
-Aún no comprendo por qué -se muerde el labio inferior y contiene sus lágrimas con esfuerzo para que no se derramen.
-No estás sola, nunca lo has estado.
-Cuántas veces me habrás dicho eso... -suspira y sonríe tenue.
-Las mismas que tú pensaste lo contrario, querida -saca una mano de su bolsillo y duda un instante si acariciar el rostro de su compañera.
-Te he echado de menos.
-Lo sé. Vi tus intentos por volver... aunque no me necesitabas. -Guarda su mano.
-Te quiero, a mi lado, conmigo, en lo bueno y en lo malo.
Él alza la vista al cielo para evitar que alguna lágrima deje al descubierto sus emociones. Luego, le mira.
-No te imaginas los días que me he repetido lo mismo, las noches en las que otra parte de mí me decía que debía estar lejos de ti, que no tenía que volver o jamás serías feliz.
Ella suspira.
-¿Por eso...?
Él asiente con suavidad y los ojos cerrados.
-¿Y por qué ahora? -pregunta ella.
-No lo sé. Supongo que es diferente.
-¿Porque pasó la tormenta?
-Quizá.
Ella suspira. Él acerca su mano al rostro de ella. Ella cierra los ojos, deseando sentir su caricia. Un par de lágrimas se precipitan. Él le toca, sus mejillas, sus labios, sus párpados cerrados, su frente, su nariz... y le abraza, le abraza con fuerza, ternura, emoción. Y llora, llora riendo porque está con ella, por fin, de nuevo. Ella siente sus dedos recorrer el camino que ya hicieron sus lágrimas a contracorriente. Un abrazo. Puede sentirlo. Un abrazo. Llora. Llora riendo porque está con él, por fin, de nuevo.
-Oh, por Dios... -le abraza con cuidado, con delicadeza, con temor a apretar demasiado y descubrir que se desvanece y solo aire queda frente a ella, pero ahí está, con su jersey verde, con ese tacto, con ese olor, puede sentirlo y está bien, puede vivirlo y existe, está existiendo y eso es lo importante. Relaja su respiración y no se mueve, se queda así, pensando que si por ella fuera no se movería de aquel lugar.
Él besa su cabello, su frente, su nariz, sus labios mientras toma el rostro de ella con sus manos. Sigue con los ojos cerrados. Ella se deja hacer y luego se incorpora, se abraza a su cuello y le besa. No abre los ojos: tiene miedo de que al abrirlos desaparezca.
Él abre los ojos y le contempla tras ese beso, tan linda, tan mujer y tan niña, tan loca y tan cuerda, tan valiente y con tantos miedos, tan calmada y con tantas inseguridades... Es hermosa, siempre se lo ha parecido. Le ama, claro que le ama, ese amor imposible, ese amor de locos, prohibido, que nadie ha de conocer, por el que ella no puede hacer nada. Ese amor que no existe y por eso ocurre, ese amor que por fuera se imagina y por dentro se vive. Oh, sí, ese amor que le había dado la vida.
Ella abre los ojos con lentitud y ve su rostro cerca del suyo. Sonríe y llora todavía.
-Ahora no querré parpadear...
-Siempre voy a estar contigo, aunque tu cuaderno permanezca cerrado y tu bolígrafo se seque. Seguiré incluso cuando me hayas olvidado.
-Eso no lo haré, no lo haré jamás.
Él sonríe y le abraza de nuevo.
-Eso no importa ahora. Estamos juntos.
-Pero no podré volver, ¿verdad? -sigue abrazada a él. Puede incluso sentir su corazón latir.
-No lo creo, princesa... al menos no como antes. Y es mejor así, aunque no lo quieras entender ni a mí me guste admitirlo.
-¿Es esta la última vez?
Él niega con la cabeza.
-No, -besa sus cabellos -siempre habrá una luz que se cuele por el resquicio de la persiana.
-Procuraré estar pendiente entonces, para ir hacia ella, para ir hacia ti.
-Estaré esperándote.
Ella cierra los ojos y suspira. Los abre y él ya se ha ido.
María Beltrán Catalán
Comentarios
Estoy de exámenes, pero me iré pasando por vuestros rincones conforme vaya teniendo más tiempo.
¡Espero que os vaya todo bien!
¡Un abrazo!
un abraxo!
Un beso enorme.
¡Que es bromaaaaaaaa!
Bueno, creo que más que una historia real lo que cuentas se lo imagina o lo sueña la protagonista.¡Cosas del amor! Un beso
-¿Y por qué ahora? -pregunta ella.
-No lo sé. Supongo que es diferente.
-¿Porque pasó la tormenta?
-Quizá.
Me has vuelto a encantar. Eres toda una dama de las letras. :-)
Que bien transmites.
Besos.
En serio te ha quedado precioso.
Me encanto, aunque el final rompio con todo.
Un beso May R Ayamonte
Great entrada Maria
Cristian D Gonzalez (Tragicomedia Existencial)
¡Besitos!
Un abrazo, ¡y suerte con los exámenes, si aún te queda alguno!
Mi vida es un caos y en todo se refleja...
me encanta la frase final de esta entrada, me ha pasado tantas y tantas veces.
"Ella cierra los ojos y suspira. Los abre y él ya se ha ido."