Ir al contenido principal

Títeres.


La gente cree que no pensamos, que no sentimos el olvido al que estamos condenados, cada vez de forma más evidente. El polvo cubre mi cuerpo deshilachado, mis manos de madera y mi rostro despintado, pero no mis deseos y esperanzas de volver a sentir la ilusión manejándome en un cuento donde siempre terminaba besando a mi única y amada Clementine. Extraño los aplausos que celebraban mi victoria, las voces que me daban vida en el pequeño escenario que ahora descansa en algún baúl, como ella, como yo.

Apenas puedo distinguir la silueta de quien me rodea, pero recuerdo todas las actuaciones que protagonicé, con tal nitidez que puedo rozar la felicidad de aquellos tiempos. Pero me falta ella, Clementine, mi princesa, mi razón y mi verdadera historia. Ojalá supiera cómo alcanzarla, o cómo hacer que algún niño desconecte su ordenador y vaya al desván para algo más que tirar o abandonar otro muñeco de expresión triste.

Ella se ha rendido, lo sé, lo siento en mis fuerzas, que poco a poco flaquean y se debilitan, pero yo mantendré la esperanza, los sueños no desaparecen, están ahí, y aunque mil personas les den la espalda, habrá alguna que luche por los suyos.

La gente piensa que somos meros juguetes, y apenas logran imaginar que son ellos los que se están convirtiendo en las marionetas de lo que hacen llamar: tecnología. Yo soy un títere para quien me ve, pero para aquel que inventa un mundo conmigo, soy parte de un sueño que no se rindió, un personaje que puede saborear la ilusión humana.

Cada vez me cuesta más pensar, meditar sobre todo esto... Debe ser que ya nadie vendrá a por mi. Supongo que llegó la hora en la que me conformaré con ser un viejo trozo de madera pintada; los niños han dejado de creer.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No puedo estar más plenamente de acuerdo. Hoy día se pierde esa mirada infantil muy pronto, esa mirada infantil tan necesaria, perdemos la creencia, perdemos la "magia". y por qué? Por que hemos empezado a ser inteligentes, pero hemos apartado los sentimientos de nuestro corazón.
Me encanta mami, me has inspirado como siempre, pero con este escrito, me has quitado una vez mas la venda que yo solo me pongo a veces. Sigue así. Está genial.


FDO:GuGy, tu hijo que te xere^^
Anónimo ha dicho que…
Sin palabras...me dejas sin palabras con tus relatos.Tienes un talento increíble.Ojalá alguien importante se de cuenta de ello algún día,y puedas publicar esas historias con las que nos haces soñar.Sigue así.
Anónimo ha dicho que…
Impresionante, nada mas leerlo he ido a mirar si aun siguen vivos mis Playmobils, y los tirecasi todos en la mudanza. He estado a puntito de llorar.
Precioso maria, como siempre.
--Walex--
Anónimo ha dicho que…
La verdad es que este texto ha hecho que despierte mi punto infantil, con ganas de recordar aquellos tiempos en los que me entretenía tanto jugando con muñecos de Pokemon o de otra cosa, prácticamente me siento como Walex. :D

Supongo que tienes razón, la gente no tiene nada mejor que hacer que coger la consola y dejarse guiar por la fantasía de otros y no aprovechar su propia imaginación. Pero esa es la cruda realidad.

Siempre seguirás sorprendiéndome, sigue así y no cambies guapísima.

Con cariño:

Derk
Vito Márquez ha dicho que…
Un personaje que me recuerda al Soldadito de Plomo (aquí, perdedor de mil batallas), que emociona y nos habla de la infancia perdida.

Como siempre, una prosa cargada de lirismo que engancha desde la primera frase.
JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
Es precioso, Lady,me sorprendes cada vez más.
Da gusto pasar por aquí.
¿Me dejas colgarlo en mi blog?
Te felicito, amiga.
Un beso.
http://ellugardejuan.blogspot.com
Unknown ha dicho que…
Lo prometido es deuda, me he pasado por aquí y he leido este(el primero que me ha salido ¬¬) ya ire leyendo más porque este me ha gustado mucho (me ha recordado un mal momento pero me ha gustado).

La gente piensa que escribir es algo sencillo y que todo el mundo sabe hacer... pero tú me has demostrao que escribir es algo que se te da realmente bien...

PD:no leo más porque voy justito de hora.
PD2:PPF (Perdón por faltas)

-------Javi lobo-------
Sese ha dicho que…
Cuanta más imaginación y fantasia hayamos volcado en un objeto, jueguete, muñeco, títere,... más amor y cariño le tendremos.

Esté usted seguro, señor títere que las manos que le manejaron le guardarán recuerdo y estima eternos, mientras tanto, espere usted otras manos, otra imaginación que le permita vivir fantásticas experiencia y aventuras

UYn saludo
Mistery Damned Devil ha dicho que…
Precioso pequeña, lo de los juguetes vivos (como los playmobils que he leido en los comentario)es como Toy story, te hace pensar en ellos. Y lo de que cada vez somos mas títeres es cierto, aunque depende de la persona mantiene más o menos la magia, hay quienes somos, en algunos aspectos, como Peter Pan y nos negamos a crecer.
María (LadyLuna) ha dicho que…
Gracias a todos;)

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.