Ir al contenido principal

¿Volveremos a ser una de esas estrellas?

¿Qué somos? Es una de las preguntas que nos hemos hecho y no hemos "sabido" responder. Tantos sentimientos juntos y todos demasiado mágicos, agradables, diferentes para definirnos, pero hoy he encontrado el nombre perfecto.

Dicen que las estrellas más bellas son las fugaces, que cumplen deseos porque ya no los necesitan. He oído que pasan tan rápido por el cielo como el tiempo por ellas, que brillan porque así se sienten. No pasan dos veces por el mismo sitio, no puedes esperar a verlas ninguna noche ni siquiera cuando hablan de la lluvia de estrellas. Inesperadas, hermosas, inolvidables.

Los momentos que he vivido contigo cumplen todas esas características. A tu lado no existe nada que no seamos nosotros; la gente, el tiempo y las cosas reales desaparecen perdiendo su sentido cuando nos miramos, me abrazas o sonríes.

Me gusta pensar que volveremos a ser una de esas estrellas, que jugaré de nuevo con tus manos, que las horas serán minutos sobre tu regazo.

¿Sabes? Creo que ya te echo de menos.

Comentarios

María (LadyLuna) ha dicho que…
Podría haber escrito algo más, algo mejor, pero se me pierden las palabras... ;)
Unknown ha dicho que…
Mágicos, así fueron esos días juntos en Madrid, desde la primera mirada de desorientación hasta el último te quiero. Magia, eso es lo que siento hacia ti y lo único que existe cuando estoy contigo.
A tu pregunta... si, de hecho noto como cada vez falta menos...:=), pero bién, sólo es el principio... lo mejor esta aun por venir!
Gracias por escribirme algo así, nadie lo había hecho nunca! B7s!
JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
La esperanza nunca se pierde, y esperanza es lo que veo en tu escrito.
Ojalá la estrella fugaz cumpla para ti todos tus sueños.
Me ha gustado mucho esa frase:
"A tu lado no existe nada que no seamos nosotros"
Describe muy bien el estado de eanmoramiento.
Un beso, niña, siempre un placer leerte.
Sese ha dicho que…
Pues que nuca se apague esa estrella!!!

Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
ALGUNAS VECES LAS ESTRELLAS MAS HERMOSAS DESAPARECEN Y NO LAS VUELVES A VER
PERO DESCUBRES QUE LAS ESTRELLAS NO ESTAN SOLO EN EL CIELO SINO QUE ESTAN DENTRO DE NOSOTROS Y SI ENCUENTRAS CON PERSONAS QUE TIENEN ESTRELLAS ESCONDIDAS TE ILUMINAN PARA SIEMPRE^^
Anónimo ha dicho que…
Yo solo quiero ser estrella y marcharme

Un beso cielo
T. Sweeney ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
T. Sweeney ha dicho que…
si creo haber escuchado que en parte nosotros también contenemos polvo estelar dentro, lo siento por ser insensible y no ver más allá de lo que haz escrito, aún así me parece interesante =)

saludos... muchas gracias por pasar.

nos leemos, adios.
Anónimo ha dicho que…
La belleza de lo efimero, lo fugaz... los mágicos momentos que duran solo un instante, pero hacen mella toda una vida. Luchemos por esos momentos. Preciosas palabras María ^.^

FDO: Gugy.

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,