Ir al contenido principal

¡Viva España!

Hoy el mundo es de LA ROJA.
¡Sí, señores, campeones de Europa, campeones del mundo!

Bonita manera de recordarnos que la unión hace la fuerza, que no hay quien pueda con nosotros, que juntos (seamos del sur, norte, este, oeste, centro o de las islas) somos ESPAÑA ¡¡¡y que este ha sido NUESTRO MUNDIAL!!!

Comentarios

JUAN PAN GARCÍA ha dicho que…
¡Bravo, Lady Luna! Te felicito por ser española y andaluza: la sal de la Tierra.
Te invito a ver un video que te va a gustar. Lo he puesto después de que me visitaras. Un beso
Yedoris ha dicho que…
jummm es cosa mía o me estas bajando la calidad de las entradas?? :P

En fin, un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Supongo que esto significa que podré volver a ver las noticias a medio día...
A las cadenas de tv les ha importado un pito que México esté inundado, mientras puedan hablar de temas tan importantes como el pulpo vidente.

He pasado muchos días con la tele apagada mientras comía.
Pero ya ha terminado de una vez ¿no?
Anónimo ha dicho que…
Pues a mí me parece estupendo que le dediques una entrada a nuestra selección. Porque se lo merece, o sencillamente, porque eres aficionada al fútbol (yo estoy contigo =P).
Cada entrada hace más grande tu blog, Lady Luna, sigue así, sabes que nos encantas.
Te quieroooo!!!!!


Souris.
Primo Xemari ^_^ ha dicho que…
Si señor, (aunque te apoye ayer por la noche para que escribieras algo asin XD), España se merecia ganar este mundial, pero deberia a ver sido contra Brasil no con Holanda que lo unico que sabe es no jugar.
Por cierto, para quien quiera venir, este viernes he quedado en un chiringito con Paul el pulpo para comer unos pescaitos fritos, cuantos mas mejor XP.
SOMOS CAMPEONESSS!!!!!!!!!!!!!
BESOTES PRIMAAAA.
T. Sweeney ha dicho que…
Felicidades =)
Anónimo ha dicho que…
Que viva... perdona que tardara tanto en venir..

Un beso cielo
Anónimo ha dicho que…
paso a saludarte ya que hace mucho no lo hacia, abrazos invernales desde Bolivia

Entradas populares de este blog

Demetrio, un sapito agradable

¡Hola! Hoy os voy a contar una historia bastante curiosa sobre un sapito llamado Demetrio. Demetrio era muy grande, verde y con manchitas más oscuras en su piel. Tenía unos enormes ojos, aunque siempre estaban cansados y los párpados quedaban a mitad de sus pupilas casi. Su boca era grande, muy grande, y sus patas, cuando se estiraba, larguísimas. Había salido a pasear por el parque cuando un niño pequeño le vio. Entonces, corrió hacia él, alejándose de su padre, para darle un beso fugaz y volver a los brazos de quien había abandonado por un instante. Sus mejillas se hicieron redonditas. Os estaréis preguntando ¿No se puso colorado? Pues no; le crecieron las mejillas. Sí. Cosas de sapos. Resulta que esa mañana yo también había salido a dar una vuelta por el mismo sitio que él, y me lo encontré echado en un banco, suspirando. Se me ocurrió pensar que igual se sentía triste, así que le saludé. -Hola señor sapo. -Hola señora humana. -Puede llamarme Toñi. -Demetrio. -¿Por

La fuente y sus historias

-No puedo describir con palabras las sensaciones que vivo cuando vengo aquí. Los tiempos, la gente, las calles... todo ha cambiado -dijo el anciano, saboreando un aire de nostalgia al respirar profundamente. -¿Por qué sonríes, pues? La Font de Dins, Onda (Castellón) -Esa fuente, la Font de Dins. Las risas, las bromas, todo sigue ahí, con ella. ¿No es fantástico saber que hace ochenta años alguien veía lo mismo que tú ves ahora? Puedes imaginar la historia que quieras; es posible que encierre alguna realidad. -Al hablar, parecía estar en otro mundo, en otra época, en otros ojos, ¡quién sabe dónde! -Por ejemplo... ese trío de ancianos de aquella mesa, que beben y charlan. Dos de ellos son primos y solían jugar a cubrir con sus manos los orificios de la fuente cuando alguien se disponía a beber, de manera que, cuando el sediento ya tenía un pie en la fuente, otro fuera y agachaba la cabeza, el agua salía con tanta fuerza de repente que perdía el equilibrio y caía al agua.

Mi Navidad

Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste. Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños. Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos,