.bmp)
Hoy el antojo me llevó al parque, donde una niña de apenas seis años logró hacerme sonreír. El verde había inundado los jardines que rodeaban el camino por el que paseaba, tranquila. Respiré hondo. Un respiro después de duros días de estudios para la universidad. Decidí sentarme en un banco de piedra, frente a un tobogán y otros juegos para niños, en el que se hallaban jugando... Recuerdo cuando mi mayor preocupación no era más que esconderme bien para que uno de mis amigos no me encontrase; jugando al escondite. Qué tiempos aquellos. Abrí mi cuaderno, éste, precisamente, y me dispuse a escribir cuando una niña, de apenas seis años, posó su delicada mano sobre mi rodilla. Era muy linda, su mirada inocente y su dulce sonrisa, en un rostro de tez clara y suave, enmarcado en un oscuro y largo cabello que se mecía ligeramente con el viento, la hacían parecer un pequeño angelito. Vestía cual muñequita de porcelana, con un vestido de terciopelo cuidadosamente planchado, granate. Sus negros zapatos de charol hacían sonar sus pasos cuando corría por el jardín, antes de llegar a mí. La miré durante unos segundos, antes de percatarme que sostenía entre sus pequeñas manos un libro, cuyo grosor me dio a entender que no se trataba de un cuento infantil. La contemplé mientras me preguntaba porqué no jugaba con los demás niños, y decidí preguntarle. Me sorprendió su primera respuesta, aunque no más que la final: “¿Te gusta escribir?” Tras mi afirmación, su voz angelical continuó hablando: “Éste es mi libro. Mira.” Tendió hacia mí sus pequeños brazos de porcelana, con una sonrisa en sus finos labios, ofreciéndome el libro antes mencionado. Lo acepté y lo abrí. Cuán grande fue mi sorpresa al pasar una a una las páginas inmaculadas que se postraban ante mis ojos anonadados.
- Están en blanco. No hay nada escrito. – Le dije, confusa.
- Sí que hay. Pero no sabes leerlo.
Recogió el libro de mi regazo y lo abrió. Me habló de un país en el que los coches son camas, y para viajar solo hay que mencionar el lugar al que quieres ir antes de dormirte. Cada palabra que pronunciaban sus labios mostraba la ilusión de una niña que sueña con un mundo en el que, cuando crezca, asumirá que nunca existirá. Pero ella se adelantó a mi pensamiento. Y me dijo que escribiría en ese libro sus secretos y sueños, para que fuera real cuando sintiera que el mundo le da la espalda, y así refugiarse, como yo hice alguna vez, en su fantasía.
Esbocé una sonrisa y le di las gracias, antes de que su madre la llamara. A medio camino, volvió la vista atrás para gritar con su vocecita angelical: “Sé que sabes leerlo”.
No puedo negar cuán grande fue mi asombro al comprobar cómo una niña de apenas seis años comprendía que la vida no siempre sería tan sencilla como en su presente. Y cómo había conseguido dibujar una sonrisa en mi rostro, dejando a un lado mi monótona apariencia de cansancio.
Una vez más, gracias.
- Están en blanco. No hay nada escrito. – Le dije, confusa.
- Sí que hay. Pero no sabes leerlo.
Recogió el libro de mi regazo y lo abrió. Me habló de un país en el que los coches son camas, y para viajar solo hay que mencionar el lugar al que quieres ir antes de dormirte. Cada palabra que pronunciaban sus labios mostraba la ilusión de una niña que sueña con un mundo en el que, cuando crezca, asumirá que nunca existirá. Pero ella se adelantó a mi pensamiento. Y me dijo que escribiría en ese libro sus secretos y sueños, para que fuera real cuando sintiera que el mundo le da la espalda, y así refugiarse, como yo hice alguna vez, en su fantasía.
Esbocé una sonrisa y le di las gracias, antes de que su madre la llamara. A medio camino, volvió la vista atrás para gritar con su vocecita angelical: “Sé que sabes leerlo”.
No puedo negar cuán grande fue mi asombro al comprobar cómo una niña de apenas seis años comprendía que la vida no siempre sería tan sencilla como en su presente. Y cómo había conseguido dibujar una sonrisa en mi rostro, dejando a un lado mi monótona apariencia de cansancio.
Una vez más, gracias.
Dedicado, especialmente, a mi dulce y pequeño angelito. Aquí tienes un escrito más alegre. Espero que os guste. Gracias por entrar, leer y/o comentar ^.^ ¡Un Saludo!
(La niña de la foto soy cuando era pequeña^^)
Comentarios
los tres textos que has escrito son demasiao, a cual más bueno, me encanta lo profundo de los mismos y lo que transmites y expresa en cada uno de ellos.
No dejes de escribir para que podamos seguir disfrutando de su lectura.
Eres un encanto, no cambies nunca.
Ya se que he tardado en escribir algo, pero mas vale tarde que pronto, ¿o no era asi? (seguro que la niña lo sabe)XD
Molts B7S!
Xan
creo q por el comentario te abras dado cuenta de q soy moony no? XD
Remember: I am and I will be always your fan number one.
Ebel
Estoy leyendo poco a poco tus escritos pasados. Me gustan mucho, son como si de repente te abrieran una ventana a la vida de alguien y pudieras ver lo que les pasa. Me siento transportada al sitio del que hablas y siempre hay una moraleja.
Felicidades
Un beso
Rosalía
Y olvidamos nuestra verdadera apariencia.Todos los niños del mundo son angelitos,traviesos y saltarines pero niños.
:)FELIZ AÑO NUEVO PARA TODA LA HUMANIDAD!
Un abrazo, me alegro de haberte conocido =)