Apenas faltaban unas horas para la Noche Buena. Mis vecinos habían insistido en invitarme a las cenas con sus respectivas familias, para celebrarlo, pero yo hacía tiempo que no tenía nada por lo que brindar. Mi familia se había ido reduciendo cada año, pasando de ser veinte personas alrededor de la mesa, a verme completamente sola. Supongo que es normal; una anciana como yo, sin hijos ni nietos. La gente parece feliz, incluso quienes no lo son, lo fingen. Las calles se visten de luces de colores para recordarme que el mundo está de fiesta, que yo no estoy invitada a ella. Es triste.
Aquella noche ni siquiera preparé la cena. Echaba de menos la sencillez de la que preparaba mi hermana; en paz descanse su alma. Me acosté, intentando mantener la mente alejada de los villancicos navideños.
Al día siguiente me levanté, como siempre. Mientras desayunaba, pensé en el consumismo masivo de estos días festivos. La gente no se planteaba si creía o no en la historia de Jesús, en los Reyes Magos, o si por el contrario, depositaba su fe en Papá Noel. Para qué. Lo mejor era, sin duda, comprar regalos para sorprender a los suyos.
Recogí la mesa. Iba a vestirme cuando el timbre sonó. Qué raro, pensé.
- ¿Quién es?
-Tengo un mensaje para usted.
Vaya, me sorprendí, no sabía que se trabajara en Navidad. Atusé mis cabellos un poco antes de abrir la puerta del piso. Lo que vi, me dejó tan anonadada que no supe cómo reaccionar. Era un señor muy mayor, con el pelo cano, arrugas en el rostro; un bastón en una de sus manos y, en la otra, un ramo de flores rojas. Sonreía.
-Carlos...
Increíble. Habían pasado más de cincuenta años desde la última vez que le vi, y nada en su esencia había cambiado. Esa mirada, esos labios que me enamoraron seguían intactos. Como si la magia de estas fechas hubieran sacado de mi memoria el amor de mi niñez.
-No estás soñando, Miriam.
Llevé mis manos a mi boca incrédula, abierta.
-Feliz Navidad.
No me dio tiempo a invitarle a pasar, ya que antes, el sentimiento se adueñó de mi cuerpo para acercarme a él y abrazarle, emocionada.
Desde entonces, Carlos vive conmigo. Somos muy felices juntos. A veces nos dicen que parecemos dos adolescentes enamorados, aunque yo creo que es porque el amor no envejece si se une con la ilusión de amar y ser correspondido. Nos divertimos mucho paseando junto al río Guadalquivir, o por la calle del colegio donde nos conocimos. Ahora tenía un motivo por el que celebrar cada día de mi vida.
Hoy hace justo un año que el Señor se lo llevó de mi vera. Sin embargo, sé que sigue aquí, conmigo, en cada sonrisa que nace de mi alma, al recordarle o disfrutar de alguno de los detalles que me enseñó a valorar.
Habrá veces que, en estas fechas, no tengamos la voz de nuestra gente para animarnos a celebrar la Navidad. Es entonces cuando hay que recurrir a las cosas buenas que nos regalaron, y que guardamos en nuestra memoria. Porque es tiempo de ser feliz, de valorar lo que se ha tenido consigo, y lo que se posee todavía.
Comentarios
Amo tu blog, y evidentemente, te sigo!
SIGUE ASÍ SIEMPRE!!
Con cariño, una lectora adicta a tus maravillas historias<3
Felices Fiestas, guapa! :) Cada vez me gustan más tus relatos
Me ha gustado el análisis de la Navidad de Mirian, pero creo que en la segunda parte ya no has profundizado mucho, aunque entiendo que quisieras hacerla más ligera para no cansar. Bueno, eso es lo que yo pienso ^^ Sigue así
Gracias por tus comentarios, no me había dado cuenta que no te seguía de forma oficial =). Ya lo hago!!
Feliz Navidad
Sigue así y felices fiestas!(:
Besotesss<3
¡Un beso desde Cádiz!
Una fiel lectora de 15 años ;D
Las navidades son unas vacaciones paganas, cierto.
Lo mejor que ofrecen es: Tiempo libre, no madrugar (si no quieres) y que por fin todos pueden acudir a la cena o la comida.
Eres fantastica, igual que tus historias =)
Triste, pero preciosa
Muchos besos Maria ^^
Está claro que el amor da mucho sentido a nuestras vidas, cuando escasea los problemas crecen. Y no me refiero sólo al amor de pareja, sino también entre familiares, amigos, etc.
Aunque suene un poco "cursi", brindo por una navidad y un año 2011 llenos de amor para tod@s!
¡Besitos y un abrazo mimoso!
Yo solamente te diré una palabra: GENIAL.
Sigue así siempre, indagando en tu talento, porque aún te queda mucho dentro y estoy segura de que lo vas a sacar.
¡Feliz navidad!
De tu cuento destaco que aunque es verdad que la Navidad es sólo un negocio para comprar regalos, también es un motivo para acercarse a los seres queridos, como este señor anciano que visita a Mirian tras largos años de ausencia.
Y es sólo por eso, y no por los regalos, a veces obligados, que encuentro estas fiestas necesarias para el alma.
Me ha encantado tu cuento, Lady Luna. Un beso, felices fiestas y mis mejores deseos para ti el año que viene.
Destaco sobretodo la verdad del amor, la que ni siquiera con la edad el amor se apaga.
Espero que pases unas felices fiestas!
Precioso de verdad, te sigo! :)
Felices fiestas.
Besos.
atentamente alescritora
atentamente alescritora
http://marinaoliva.blogspot.com/
te sigo desde YA!
gracias por visitar mi blog! si quieres puedes seguirme, me alegraría mucho!
Un beso!
Podrías presentarte a algún que otro concurso, pienso yo.
Yo es lo que hago si encuentro alguno interesante.xD
Besos!! me ha gustado mucho,A ver si te pasas por mis blogs.
Sigue así!
Un beso & sigue así, desde luego que es MUY original y bonito.
me ha encantado y me gusta tu estilo. Yo es que no soy de relatos cortos, a mi me salen más largos :) bss
Un saludo,
y hasta pronto
un beso (L)
Me alegra ver que tu blog cada día es más popular. Espero que siga con esta línea ascendente.
¡Muchos besitos!
JOJOJOJOJOJO :)
Y que no decaiga ese Espíritu de las Navidades Presentes
Nos encanta tu blog(L
Te seguimos , siguenos si quieres!
Un beso XOXO
Feliz Existencia
feliz año
Bst
Miguel Angel.
Un beso cielo
Entra y descúbrelo!
Un abrazo del tamaño de mil galaxias, Trips.