Indira era pedagoga en un centro educativo y, Mario, un profesor de primaria recién licenciado que había entrado a trabajar en el mismo colegio. El joven empezó sus clases con mucho entusiasmo, volcándose en todas y cada una de sus explicaciones.
Llegó el culmen del año académico e Indira vio a Mario en su despacho, con la cabeza oculta entre sus manos y los codos sobre la mesa.
-¿Puedo?
Mario se frotó los ojos y asintió con la cabeza.
-¿Qué te ocurre? -preguntó la joven con delicadeza.
-No sé. No sé qué es lo que he hecho mal.
Indira entró en el despacho, cerrando la puerta tras de sí, y tomó asiento frente a su compañero, que prosiguió:
-Hay de todo: alumnos que empezaron bien y han acabado igual de bien, alumnos que empezaron mal y han acabado igual de mal, alumnos que empezaron bien y conforme ha ido avanzando el curso han ido empeorando, alumnos que empezaron mal y conforme ha ido pasando el curso han ido mejorando... Si hiciera bien mi trabajo, todos deberían haber acabado bien.
Indira sonrió con ternura y tomó las manos de Mario.
-Te voy a contar un cuento.
El joven la miró, preguntándose si hablaría en serio. No tardó en obtener la respuesta.
-Érase una vez un jardinero que tenía un hijo. Habían comprado un terreno bastante grande para que el pequeño aprendiera a disfrutar de la tierra.
No recuerdo a quién de los dos se le ocurrió la idea, pero decidieron plantar con las mismas semillas todo el terreno.
Pasó el tiempo y, tras mucho trabajo, brotaron de la tierra los primeros tallos. Cuánta alegría. Sin embargo, aún quedaban muchas semillas bajo la tierra.
Poco a poco, nuevos tallos nacieron en busca de la luz solar. Mientras éstos crecían, algunos de los primeros se marchitaron. ¡Cuánta tristeza! Mas debían seguir cuidando de aquella parcela con esmero, esfuerzo, tiempo y dedicación.
Pronto, el verdor de los tallos y hojas inundó la parcela de nuestros protagonistas. El jardinero contempló el fruto de tanto trabajo y felicitó a su hijo, quien, corriendo, se dirigió hacia un rincón del terreno. Y allí estaba, un pequeño brote, cuando todo se tenía por terminado.
Hubo semillas, a pesar de todo, que nunca llegaron a ver la luz del sol.
Mario miró a Indira, interrogante.
-Con todo lo que hacemos ocurre lo mismo. Sustituye las semillas por los niños y los cuidados por tus explicaciones.
El joven guardó silencio, asimilando aquella enseñanza.
-Siempre habrá semillas que no lleguen a nacer, pero por aquellas que sí lo harán, incluso en el último momento, un jardinero amante de su oficio no puede abandonar su terreno.
-Tienes razón, Indira. No sabes cuánto agradezco tus palabras.
-Celebra tus éxitos y aprende de tus fracasos, siempre.
Mario esbozó una sonrisa. Indira respondió con otra, cariñosa, y se levantó para salir del despacho.
-¿Vamos?
-Vamos.
Todos tenemos proyectos. Muchos somos los que hemos pensado, tras un fracaso, abandonar alguno de ellos. Debemos, entonces, convertirnos en ese jardinero, que no abandona su terreno por las semillas que no nacen o que tardan en brotar, sino que sigue cuidándolo con esmero, por aquellas que sí salen de la tierra para hacerse fuertes y hermosas, incluso en el último momento.
Porque no todas las plantas crecen igual.
Comentarios
Aún de exámenes, pero algo más desahogada, he vuelto con uno de mis cuentos. ¡Espero que os guste!
Desde mi anterior escrito voy a intentar responder, aunque sea con un agradecimiento general, a vuestros comentarios. Además de pasarme por vuestros rincones, ¡por fin!
Espero que estéis bien.
¡Un abrazo!
Me ha gustado mucho, mucho, mucho :D
¡Gracias!
Lorenzo:
¡Gracias! Sí, el cuento del jardinero se me ocurrió a mí.
No suelo incluir en mi blog palabras que no sean mías y, si lo hago, lo referencio^^
Me alegro mucho de que te haya gustado tanto*.*
¡Suerte con los exámenes!
:)
Me ha encantado tu entrada, sobre todo el último párrafo,pues es un consejo que me viene de perlas para animarme a seguir luchando por mis proyectos.Un beso fuerte.
Hace mucho que no me paso, pero no me olvido de los blogs que comentaba antes!!! Solo que no tengo tiempo. Espero que sigas escribiendo así de bien, pues pocos pueden presumir de ello... Te invito y recuerdo que están mis blogs esperando tu comentario cuando puedas y deseés. Un besazo enorme guapa!!! ^_^
Cómo sabemos eso los estudiantes, jejeje.
Muchas gracias ¡y suerte con esos exámenes!
Juan:
¡Muchas gracias!
Espero que sigas el consejo y no abandones tus proyectos ¿eh?
Un abrazo grande :-)
B€!t@:
¡Gracias!
Me hace ilusión volverte a tener por aquí =)
¡Un besito grande!
Besos
Hermosas y sabias palabras las que compartes en mi pequeño rincón, haciéndolo grande.
Muchas gracias.
PabloManchadoDeTinta:
¡Bienvenido a mi blog! Muchas gracias por dedicarme unos minutos de tu tiempo.
Respondiendo a tu pregunta, escribo también relatos y novelas, pero éstas últimas no las he publicado en el blog. Estoy probando con alguna editorial, por si hubiera suerte, y con certámenes.
En cualquier caso, si te apetece leer algo que no esté en el blog, podemos hablarlo y por e-mail nos apañamos^^
Gracias por tu interés, me hace mucha ilusión :)
un abraXo
Un beso cielo
Besos.
Gracias, María, no cambies nvnca.
Bienvenida de vuelta :)
A partir de ahora tienes una seguidora más y debes agradecer eso a haber entrado en mi blog y haber puesto un comentarios, porque seguramente sin ello nunca habría llegado aquí.
Por todos estos motivos te voy a poner en un lugar de honor en mi blog, es decir en la lista de blogs favoritos... Ahora tengo que empezar a mirarme las cosas viejas de tu blog y así ir descubriendo cada vez más.
Precioso cuento y precioso enseñanza.
Precioso cuento y preciosa enseñanza.
Un relato que hace mucho pensar! Es... increíble. Gracias por este cuento, LadyLuna, gracias! :D
Es una historia sencillamente preciosa. Una metáfora llena de sabiduría, pues en la vida suceda a cada momento, todos somos semillas a medida que crecemos y aprendemos debemos dar fruto, pero no todos, desgraciadamente alcanzamos a ver la luz del sol.
Dime, ¿el cuento es tuyo? Porque me ha parecido precioso.
Aprovecho para desearte feliz fin de semana y feliz verano.
Un beso muy afectuoso. =))
Muchas gracias por tus palabras :-)
¡Mucho ánimo con tus proyectos!
Un abrazo afectuoso.
Anónimo:
Bonitas palabras, de una hermosa persona.
Supongo que a veces nos empeñamos tanto en imaginar y complicar el futuro que olvidamos todo lo que ya hemos recorrido. Por eso, de vez en cuando, está bien mirar atrás... ¡aunque sea para animarnos a seguir nuestro camino!
Comentarios como el tuyo deberían guardarse siempre en el corazón y tenerlos presentes. Yo ya lo hago.
Te quiero mucho.
Manuel Fortaleza:
Jajaja, ¡sabio consejo! Me lo apunto.
Un abrazo :-)
¡Me alegro de que te haya gustado mi cuento!
Un abrazo con cariño.
TORO SALVAJE:
Jajaja, bueno, eso también, pero se arregla con humildad, ganas, esfuerzo y paciencia. Humildad para admitirlo, ganas para aprender, esfuerzo para hacerlo bien y paciencia con los frutos que tarden en salir.
Besitos.
Cyrvs:
Palabras como las que acabas de dedicarme son las que hacen que siga aquí con mis cuentos.
Gracias a ti.
Te deseo tierra buena, semillas buenas y frutos hermosos de todo corazón.
¡Gracias!
Un beso^^
Vanesa:
Me alegro de que te haya gustado y agradezco tus amables palabras.
Los comentarios son importantes porque te haces visible. Haces saber a la otra persona que la lees y das la posibilidad de que haga lo mismo contigo. Me alegro de haberte leído, haberte escrito ¡y que hayas venido a mi pequeño rincón!
Es todo un honor estar entre tus favoritos.
Espero que te guste lo que encuentres por aquí. Estoy convencida de que a mí sí me gustará lo que encuentre por tu blog.
Un abrazo con cariño.
icarina_juan:
Precioso comentario.
"Crecer es el camino, saber crecer es el reto".
Y preciosa enseñanza.
Un abrazo :-)
¡Gracias a ti! Me hace mucha ilusión tu entusiasmo. Espero seguir viéndote por aquí, ¡y que sigas disfrutando como yo hago!
¡Un besito!
Escritora Laura M.Lozano:
Sí, querida Laura, el cuento es mío de principio a fin.
Me alegro de que te haya gustado.
Muchas gracias por tus amables palabras y el tiempo dedicado a leer y escribirme un trocito de ti.
Un beso muy grande y cariñoso.
Patrick Ericson:
Gracias a ti por el aliento de tus palabras.
Es todo un honor para mí que leas mis escritos.