Rumores de sonidos lúgubres, oscuridad incierta y mal augurio.
Llegaban a mis oídos, de orejas invisibles, las acusaciones que me señalaban. En realidad fue una sentencia inapelable, de un juicio que nunca se produjo.
Si alguien me hubiera preguntado, tal vez habría podido contarle que yo solo cantaba, cazaba para alimentarme y cuidaba de mis polluelos. Le habría explicado que lo hago de noche, que apenas me dejo ver y no es mi motivación asustar a nadie.
Pero ellos no me conocían, ni tampoco preguntaron. Simplemente, crearon su propia historia sobre mí.
Tal vez habría que dejar a un lado la dicotomía amistad y enemistad. Quizá, baste con permitirnos vivir en paz. Para mí, habría sido y es suficiente.
Yo cumplo mi parte, yo sé quién soy. Es por ello que tengo mi conciencia tranquila, a pesar de las luces de gas.
Para este relato y este pequeño objeto de arcilla polimérica que hice ayer, me he inspirado en el cárabo común.
El cárabo común es un tipo de búho, es decir, un ave rapaz nocturna. Habita en casi cualquier parte de la península ibérica, especialmente en huecos de los troncos de los árboles, y es más fácil oír que ver su presencia. Es, de hecho, el autor del mítico sonido asociado a los bosques y la noche: uh, uh, uuuuuuhhh (titilante) que solemos escuchar en películas de miedo.
Un sonido vibrante, largo y profundo, que parece nacer de la oscuridad y la noche, convierte el desconocimiento en un peligro. Nacidos del temor a lo ignorado, el ser humano ha creado mitos y leyendas sobre este ave, atribuyéndole fuente de mal augurio. Esta interpretación de la realidad deriva en mayor miedo y fuerza en las historias, las cuales llevan a despreciar o rehuir a este bello animal.
El cárabo común es un gran búho marrón, con tendencia a gris o a rojizo, de cabeza muy redonda y cola corta. Le caracteriza una prominente fila de manchas blancas a cada lado del dorso; como si llevara un pañuelo fino y alargado cayendo del equivalente a los hombros humanos hacia atrás.
Su rostro es ancho y redondeado, enmarcado sutilmente por una línea negra que pasa, casi inadvertida, cuando se observan sus ojos, grandes y profundamente negros. En un ser humano quizá diríamos que esos ojos hablan de misterio y de la pasión por desvelarlo; en cambio, parece que en un animal teorizamos más sobre lo desconocido y el miedo a desentrañar esa incertidumbre. ¡Cuánto deleite y belleza nos perdemos por el temor a conocer algo nuevo!
Es un ave que tiene una longitud de 37 a 43 centímetros y una envergadura de 94 a 104 centímetros aproximadamente. Al anochecer suele posarse en postes y ramas, por lo que es fácil de identificar, si se tienen conocimientos, por su silueta. El reclamo a las hembras o machos suena a un "ki-uick" súbito, y el canto es un ululante y claro "uh, uh, uuuuuuhhh" (titilante) como ya he mencionado antes.
En cuanto a la apariencia, se trata de un ave rapaz que bien puede parecer dormido y ausente, bien muy alerta y erguido. Es como si no tuviera término medio.
Se trata de un ave muy territorial. Necesitan su propio espacio. Suelen evitar compartir el mismo incluso con sus propios progenitores (padre/madre), así como con otras especies que puedan hacerles vulnerables.
Eso sí, podría ser, y aquí ya imagino más que sé, más precaución que miedo, pues son aves que no dudan ni un instante en atacar a quien ose descubrir o poner en peligro a sus polluelos, sean humanos u otras especies animales.
Se me antojan reservados, tranquilos, eficientes, de presencia y carácter fuerte y leales al mismo tiempo.
Si bien el miedo y el desconocimiento ha llevado a considerar estas aves como mal augurio, a mí se me relacionan más con la introspección, la conexión con la naturaleza y lo que no se conoce, el canto diverso y la defensa férrea por aquello que se ama.
Un canto, tal vez, a permanecer ululando fiel a tu esencia, por encima de rumores y habladurías.
Un canto que, quizá, más que peligro, habla de estoy aquí y voy a cuidarte en esta oscura noche, como hace con sus polluelos.
Y en todo esto me inspiré tanto para el pequeño texto que os he compartido arriba, como para la pequeña representación en arcilla polimérica que he hecho por primera vez de este cárabo común.
Espero que os haya gustado todo lo que os he compartido hoy.
María LadyLuna
Comentarios
Gracias por compartir tan bello relato con los que como yo tenemos una gran admiración no solo por tu trabajo sino tambien por todo lo que representas.
TKM