Belleza flotante sería tu nombre, si la ciencia o el arte te hubieran avistado primero. Reconocer en tus callosidades que eres única en el mundo, y en tus manchas el nombre que podrías tener, desde la fascinación de quien te contempla con genuina curiosidad. A ti, que habitas conmigo en este pequeño punto azul pálido que es la Tierra, en ese país llamado océano tan inmenso y lleno de magia, o de matices repletos de realidad.
Belleza flotante sería tu nombre, con esas aletas romas y esa boca curva. Habría cuentos infantiles mostrando cómo te alimentas con tus barbas y en las escuelas se dibujaría el soplo de tu espiráculo, esos orificios nasales en forma de "v" tan característico. Te conocerían, te reconocerían, te apreciarían, te protegerían.
Belleza flotante sería tu nombre, con esa gruesa capa de grasa que te ayuda a proteger y regular tu temperatura, que te lleva a la superficie más fácilmente, que te hace visible. Tan grande que es difícil fotografiarte entera, tan ligera que te elevas en el agua.
Belleza flotante sería tu nombre...
En cambio, te avistaron balleneros y decidieron llamarte "right whale (to hunt)" (ballena franca o correcta para ser cazada). Cazadores de ballenas que casi acaban con tu género entero, como si tu vida no valiera más que tu rentabilidad.
Al ser los balleneros quienes trasmitían el conocimiento sobre estas ballenas, sus retratos se asemejan más a monstruos marinos que a un misterio apasionante por descubrir. Las historias eran de caza y no de vida.
Tres especies que casi desaparecen: Eubalaena japonica, Eubalaena glacialis y Eubalaena australis. En la primera de ellas apenas quedan un centenar de individuos; la segunda se estima que desaparecerá antes de que pasen veinticinco años. Solo una parece salvarse, por fin, del peligro crítico de extinción: la ballena franca austral.
He querido retratar (dibujar) a lápiz una ballena franca en especial (nº de catálogo 1393-99) a la que el Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina llamó Hueso por la manchita en forma de hueso que tiene en el lomo. Y he querido hacerlo como esa belleza flotante que yo siento cuando leo sobre estas ballenas, cuando veo fotografías o me quedo embobada con un documental. Es el dibujo que os comparto en esta publicación.
Convivimos con especies maravillosas y, sin embargo, pasamos por la vida sin apenas conocerlas. Espero, con esto, estar aportando mi pequeño granito de arena a cambiar eso.
Gracias por leerme.
María LadyLuna - María Beltrán Catalán
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